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The Banshee de Henry Cowell

¿Puede un pieza de piano transportar el lamento de un espíritu?, ¿puede tocarse un piano sin utilizar las teclas?. Hoy en, te cuento una obra, The Banshee de Henry Cowell.

Una nueva manera de tocar el piano

Henry Cowell fue uno de los más impactantes pianistas y compositores del siglo XX. Nació en California en 1897 y podría decirse que tuvo una infancia muy poco convencional. Sus padres eran escritores bohemios y su madre evitó a toda costa la disciplina y la educación tradicionales para Henry. Ella quiso que su hijo aprendiera a través de sí mismo con libros y conociendo de primera mano a los pensadores y escritores de su entorno.

Henry aprendió a tocar el violín desde muy joven pero con el tiempo lo sustituyó por el piano. Además sus gustos musicales se inclinaban desde siempre hacia las músicas folclóricas de los diferentes países.

Desde su adolescencia trabajó técnicas de piano novedosas que poco a poco tomaban fuerza y combinando los sonidos en formas compositivas también poco convencionales. Uno des sus primeros ejemplos son las evocaciones poéticas del folclore irlandés de John Varian que impregnan su obra The Tides of Manaunaun. Esta obra fue escrita para un espectáculo teatral y musical llamado The Building of Banba (de John Varian) y que está basado en su ciclo de poesía del mismo nombre. La partitura combina una melodía folclórica en la mano derecha con un acompañamiento basado en grupos tonales en la mano izquierda. Estos grupos tonales son una especie de acordes disonantes porque se crean al agrupar grupos de semitonos y tonos vecinos. Para tocar estos grupos tonales, similares a los clusters, la técnica pinaística de Cowell exigía el uso de la palma de la mano extendida y todo el antebrazo. Esto creó un gran revuelo al principio tanto en la gira local como por el extranjero. Tanto llamó la atención en el momento, que existen rumores de que el famoso compositor húngaro Bela Bartok pidió permiso a Cowell para usar grupos de tonos al piano en su propia música. Esto parece que tuvo lugar mientras Cowell estaba de gira por Europa en la década de 1920 y principios de 1930.

Precisamente en su gira europea fue cuando Henry Cowell desarrolló su técnica pianística más radical y llamativa. El piano de cuerdas. Esta nueva técnica pianística consistía en tocar el piano pero en las cuerdas. No en las teclas. Eso sí, al contrario del Bowed Piano, aquí se tocan las cuerdas con las manos y no con cuerdas, telas, etc.

Un espíritu viene a vernos

En el piano de cuerdas, las cuerdas del piano se pellizcan, como hacen los violinistas al tocar en pizzicato, o se frotan y se acarician con los dedos. Precisamente, The Banshee es la pieza que representa por excelencia este estilo.

Pero lo sorprendente de esta composición no es solo la técnica. Si no su propio significado. Este sonido tan característico está hecho a propósito tratando de imitar a un ser típico del folclore gaélico. El propio Cowell describe a una banshee como una mujer espíritu o una especie de hada que llega cuando nosotros mismos o un ser querido nuestro va a fallecer. En otras culturas se la conoce como un espíritu familiar. En todo caso, la banshee es la encargada de llevarse el alma del fallecido, pero el tiempo que pasa en el mundo mortal (para recoger el alma) se siente incómoda y se lamenta de forma muy angustiosa hasta que vuelve de regreso a su mundo, donde vuelve a estar a salvo y cómoda. Y esta angustia y sonidos fantasmagóricos es sin duda lo que oímos cuando escuchamos esta característica obra de Henry Cowell.

Retrato de una banshee.

Para que la interpretación resulte tal cuál como Cowell la imaginó, el intérprete va a encontrarse con un auténtico manual de instrucciones acompañando a la partitura. Estas instrucciones indican si la cuerda debe acariciarse con la carne de los dedos o con las uñas, si hay que pellizcarlas, etc.

El resultado no es solo el de una pieza musical espeluznante, sino todo un espectáculo visual, al tocarse de manera tan diferente a lo convencional.

Cris Rodriguez
Cris Rodriguez
Pianista profesional y profesora de conservatorio. Cofundadora de Maldito Piano. Cuando mi trabajo me dá tregua, me escapo a tocar por el mundo adelante para participar en proyectos alucinantes como el Jordan Rudess KeyFest o Rockin'1000. No sé vivir sin música,así que el tiempo que me queda se lo dedico a estos tutoriales.

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