InicioHistorias de la músicaRosemary Brown, la pianista-medium que contactaba con compositores muertos.

Rosemary Brown, la pianista-medium que contactaba con compositores muertos.

¿Cómo es posible que un ama de casa, con muy poca formación musical, pueda componer de manera magistral? Los años pasan pero los expertos siguen sin encontrar una explicación que los contente a todos.

Es la década de los 60, el espiritismo y otras prácticas esotéricas están de moda, cuando aparece en escena Rosemary Brown, una mujer que afirma contactar con los grandes compositores muertos. ¿Medium real o farsante?. Ni los mayores expertos en música han conseguido ponerse de acuerdo.

La vida de Rosemary Brown

Rosemary Brown nació en Londres, en 1916, en una familia donde algunos de sus miembros afirmaban tener conexiones con el más allá. Con 7 años tuvo su primer contacto con un compositor muerto. Afirmaba que se le había aparecido un hombre con una capa negra que le dijo que se haría famosa por su música. No fue hasta años más tarde cuando Rosemary reconoció a ese espíritu, al ver una foto de Franz Liszt.

Franz Liszt
Liszt, la primera visita espiritual de Rosemary Brown

La vida de Rosemary continuó como la de cualquier otra persona. Consiguió un trabajo en la oficina de correos, se casó y tuvo hijos. En 1948 compró un piano de segunda mano y recibió clases durante 3 años. A eso se reduce su formación musical.

En el 64, Liszt volvió a visitar a Rosemary Brown y comenzó a transcribir sus composiciones. Debió de correrse la voz en el más allá, porque gran cantidad de compositores comenzaron a visitarla: Beethoven, Bach, Brahms, Debussy, Chopin, Mozart, Schubert, Rachmaninoff, y el propio Liszt, que era recurrente.

Rosemary siempre afirmó que ella no tenía nada que ver con las composiciones. Ella simplemente transcribía lo que los compositores le dictaban. También afirmaba que, en ciertas ocasiones: «Tocaba sin saber lo que hacía, como si le hubiera prestado mis manos a un extraño».

Quién la ha visto en acción afirma que era como si estuviera hablando con alguien en todo momento. Afirmando, escuchando atenta y soltando expresiones como «ahora lo entiendo, perdone«.

Las increíbles composiciones de Rosemary Brown

Hasta este punto de la historia podemos pensar que estamos ante una charlatana más, que afirma hablar con los muertos. Pero Rosemary empieza a llamar la atención de todo el mundo, cuando empiezan a fijarse en sus composiciones.

Pianistas, compositores y todo tipo de expertos de la época comienzan a estudiar sus partituras y cuantas más ven, más confundidos están.

Resulta que cada composición de Rosemary tiene los rasgos y matices de cada uno de los autores a los que achaca la obra. Entre sus composiciones se encuentran una sonata de 40 páginas que ella atribuye a Schubert, una
Fantaisie-Impromptu en 3 movimientos de Chopin (según ella), 12 canciones más que atribuye a Schubert o 2 sonatas junto a 2 sinfonías que atribuye a Beethoven.

Partitura manuscrita de Rosemary Brown, dictada por Schubert

Dada la cantidad de composiciones, de estilos tan diferentes y calcando los estilos de cada compositor, resulta muy difícil dar una explicación lógica a las obras de Rosemary Brown. Tengamos en cuenta que musicólogos y compositores expertos dedican toda su vida a un solo estilo o compositor y, ni aún así, se atreverían a componer algo como si se tratase del autor original.

Especialistas de diferentes ramas, como músicos, compositores, psicólogos, etc. se interesaron por el caso, pero ninguno encontró una respuesta lógica y con validez científica. Algunas de las explicaciones más aceptadas son que Rosemary tenía un desdoble de personalidades, que simplemente era una impostora, que componía empleando su subconsciente o que realmente podía establecer conexiones paranormales.

No hay una explicación lógica, simplemente cada uno acepta la respuesta que se ajusta más a sus creencias. Sea como sea, no hay duda en que esas partituras se corresponden a alguien con una basta formación musical y compositiva. Y, si son imitaciones, son de las más logradas que puedes encontrar. A un compositor muy formado le costaría hacer algo con ese nivel y ajustándose tan meticulosamente a las características de cada uno de los autores originales (y todos tan distintos entre sí, lo que aún dificulta más la labor).

Reacciones y testimonios de expertos.

Por supuesto, Rosemary Brown siempre ha tenido una gran cantidad de detractores que afirman que no es más que una impostora. Pero, en el mundo de la música clásica, tener detractores no es ninguna novedad. Menos todavía si tocas a los grandes compositores clásicos. Si, aún encima, afirmas que te susurran del más allá, puedes imaginar la reacción general.

Lo que llama la atención en Rosemary Brown es la gran cantidad de expertos de todas las áreas que dan cierta credibilidad a su historia.

El compositor Leonard Berstein y su mujer recibieron a Rosemary en Londres. Tras la reunión, afirmaron estar impresionados por sus partituras y su sinceridad, aceptando que la música era dictada por los difuntos compositores.

La famosa pianista Hephzibah Menuhin, tras ver las composiciones de Rosemary, comentó: “Considero estos manuscritos con un gran respeto. Cada pieza que he leído tiene el estilo propio de cada compositor.”

El compositor Richard Rodney Bennet fue uno de los que mejor hablaron de ella: “Mucha gente puede improvisar, pero no se puede falsificar este tipo de música sin años de entrenamiento. Ni yo mismo hubiese podido falsificar algunas de las cosas de Beethoven.”
“Habría sido difícil llegar a todos ellos, incluso a un compositor muy capaz y bien entrenado para alcanzarles a todos ellos, en especial para su producción a la velocidad con la que ellos lograron atravesar”.

Puede que fuese real, un engaño o sobrenatural, pero lo que es cierto es que, tras su muerte en el año 2001, Rosemary Brown dejó un buen legado de partituras de gran valor para la literatura pianística. Incluso se llegaron a grabar en disco y se hicieron varias publicaciones, incluyendo un libro escrito por ella misma.

Cris Rodriguez
Cris Rodriguez
Pianista profesional y profesora de conservatorio. Cofundadora de Maldito Piano. Cuando mi trabajo me dá tregua, me escapo a tocar por el mundo adelante para participar en proyectos alucinantes como el Jordan Rudess KeyFest o Rockin'1000. No sé vivir sin música,así que el tiempo que me queda se lo dedico a estos tutoriales.

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