Dulcitone, el primer «piano» con sistema de diapasones.

A finales de la década de 1860, Thomas Matchell inventa el dulcitone, el primer piano que sustituye las cuerdas por diapasones de metal. De esta forma creaba una alternativa mucho más económica, ligera y compacta al piano acústico tradicional.

En 1907, Matchell hizo una presentación de su dulcitone ante la Royal Philosophical Society de Glasgow, definiéndolo como «un instrumento musical de percusión de teclado». Hoy en día, los instrumentos que utilizan este sistema son más conocidos como «pianos con diapasón».

El dulcitone simplifica el mecanismo del piano al utilizar una acción de golpeo descendente (los martillos golpean hacia abajo). Además, sustituye las cuerdas por diapasones, que no son más que varillas de metal dobladas con forma de Y. La longitud y el grosor de la varilla determinan el tono de las notas.

El dulcitone también incorpora un pedal, colocado en la pata delantera derecha, que eleva todos los amortiguadores, funcionando como en un piano convencional.

El modelo estándar que se fabricaba tenía un teclado de 5 octavas, aunque también se fabricaron modelos más pequeños de 4 y 3 octavas y media.

Todo este mecanismo lo convertía en un instrumento realmente compacto y ligero, ya que no necesitaba cuerdas ni un harpa que al que fijarlas. Simplemente bastaba con un juego de diapasones y una caja de resonancia. Un dulcitone de 5 octavas pesaba alrededor de 27 kilos, muy por debajo de cualquier piano. Esta sencillez hacía que fuese un instrumento mucho más económico que el piano. Y además, no necesitaba afinación.

El sonido que produce el dulcione es tranquilo y delicado, lo que lo hacía muy adecuado para su uso doméstico. Por su portabilidad, podía llegar a cualquier lugar del mundo. Gracias a esto, se convirtió en un instrumento muy adecuado para la labor misionera y pudo abrirse camino en casi cualquier frente de la I Guerra Mundial.

Thomas Machell comenzó a comercializar su dulcitone en la década de 1880. Tras su muerte, en 1915, sus hijos continuaron con su fabricación, hasta 1920.

El dulcitone fue fundamental en el posterior desarrollo del piano Rhodes, que se hizo realmente popular a partir de la década de 1950, cuando empezó a electrificarse.