En la Lilly Library, la biblioteca de la Universidad de Indiana, se guarda un grabado de lo más peculiar. En él aparece una especie de edificio extraño al que bautizaron con el título de El templo de la música. El grabado no representa un simple templo dedicado a la música, si no que en él, su autor, ha querido representar todos los elementos que conforman la música y su relación con el cuerpo humano y el cosmos. ¿Te parece que es demasiado abarcar para un solo grabado? Analicémoslo en profundidad.
De Musica Mundana, de Robert Fludd.
El grabado es obra de Robert Fludd, también conocido como Robertus de Fluctibus, un importante médico, astrólogo y místico inglés. Vivió entre 1574 y 1637 y está considerando uno de los más grandes humanistas del Renacimiento.
En 1617, Robert Fludd escribió De Musica Mundana (Música Mundana), el tercer libro de su Historia metafísica, física y técnica de los mundos mayor y menor. En él describe sus teorías musicales y del macrocosmos. También añade datos de su monocordio. Un año después de publicar su Música Mundana, Fludd publicó De Naturae Simia (historia técnica) donde amplió sus teorías sobre la música humana y desarrolló las teorías pitagóricas.
En sus libros, Robert Fludd reflexionaba sobre la armonía entre el macrocosmos y el microcosmos. Por eso, se interesó también en las correspondencias armónicas que existen entre los planetas, los ángeles, las partes del cuerpo humano y la música. Además, sus libros son auténticas obras de arte porque aparecen representados con minuciosos grabados que ejemplifican visualmente sus explicaciones. Uno de los más conocidos es precisamente, el del Templo de la Música.
El templo de la música en profundidad
El templo está dedicado a Apolo, que aparece representado tocando su lira. Las espirales de la torre representan los órganos del oído y a la derecha de ellos en el piso inferior, están los tubos del órgano del templo, que se pueden ver a través de las ventanas. Arriba de todo está el dios Crono, representado con la guadaña, sobre los relojes de arena y de sol, simbolizando así la relación entre los tiempos musicales y los tiempos horarios.
Pero esto continúa, ya que todo el templo es. en sí mismo. una representación gráfica de los componentes de la música. En teoría, en él podemos ver la escala, los instrumentos, las proporciones, la notación rítmica básica, las claves y las clases de hexacordos que conformaban las escalas medievales. A la izquierda de los hexacordos (y de las columnas) aparece la lambda, que era una matriz de la época de Platón que reflejaba las relaciones y proporciones de las notas. La relación superior representa el diagrama de las distancias de los intervalos que conforman las notas de una escala. Finalmente, en la parte inferior, vemos en una sala a Pitágoras estudiando la relación armónica al medir las proporciones de los pesos de los martillos que se corresponden con la octava, la quinta y la cuarta (los intervalos principales de la música).
Por último, y lo más curioso de todo es que todos estos elementos aparecen representados en conjunto y a modo de resumen en un cuadro que se ve en el propio templo. En dicho cuadro, vemos una composición de una música real en la que se ponen en práctica todos estos elementos dentro de una estructura o pieza musical. La figura que está delante de esta partitura y que marca con un puntero esta partitura es la musa inspiradora de los músicos.
Con su tratado De Musica Mundana, Robert Fludd amplió las teorías musicales de la Grecia clásica, relacionándolas con los conocimientos de su época. Hoy en día, gracias a su amplitud de miras y su capacidad de síntesis, su obra sigue estudiándose en conservatorios.
