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Tocando desde la cama: la historia de los pianos convertibles

Los siglos XVIII y XIX fueron los más innovadores y disparatados de la historia del piano. En esos dos siglos se inventaron los pianos abatibles, los pianos portátiles, los de tipo jirafa, cuadrados… y también una serie de pianos pensados en ahorrar espacio en el hogar, poder ofrecer un segundo uso o una segunda vida al instrumento, y también una serie de pianos ideados para poder tocar acostados, algo tan deseado como complicado de conseguir. Lo de ser funcional, reciclable, reutilizable, cómodo y para «relax-mode» no es una moda de Ikea del siglo XXI. Con este artículo verás que hace cientos años ya se estrujaban la cabeza con ese tema.

Dado que nos vamos a centrarnos en la idea de los pianos convertibles, no recapitularemos hasta los orígenes del piano con Cristofori ni mucho menos a los antepasados de nuestro instrumento (salterios, espinetas, claves…). Esta historia comienza en el siglo XVIII, y de manera resumida se vería así (insistimos en que solo hacemos mención a las patentes relacionadas con este artículo y por eso no aparecen fechas como el primer piano Erard, la invención del doble escape, etc.):

1739: Domenico Del Mela construye el primer piano vertical, que posteriormente inspirará los conocidos y peculiares pianos jirafa.

1760: John Broadwood construye el primer piano inglés rectangular. Te recomendamos ver nuestra entrada dedicada a este piano.

1770: Zumpe elabora su célebre Piano de mesa, antecesor de los pianos cuadrados o rectangular.

1800: Isaac Hawkins patenta el piano vertical, aunque no puede presentarlo como el primero en su especie debido a la existencia del instrumento creado por Domenico Del Mela en 1739. Lo mismo le sucederá a Wornum en 1811, o a Pleyel en 1843. A estos pianos verticales, en un principio se les conoció como pianinos.

1810: Stein presenta su Piano-Jirafa.

1859: Se crea el piano rústico o de jardín, y el piano-billar.

1864: Bachman presenta el piano sin cuerdas o portátil.

1866: Se comercializa con éxito el piano convertible en cama, así como también el piano convertible en cama y escritorio.

1867: Se comienza la fabricación del library-piano, un piano vertical provisto de estanterías para colocar libros y un habitáculo especial para radios. Desapareció en 1939 y a día de hoy no se conserva ninguno.

1875: Se patenta el digitorio-piano, una nueva versión del piano portátil.

Una vez repasada la línea del tiempo de este tipo de pianos especiales (también llamados marginales en algunos tratados), veámoslos con un poco más de detalle.

1- El piano-billar:

No se conserva ninguno, aunque es fácil imaginarse cómo eran. Básicamente eran pianos de cola, en cuya tapa se añadían los bordes y orificios característicos de las mesas de billar, para poder jugar en ellos cuando estuvieran con la tapa cerrada. Básicamente, algo así:

2- El piano sin cuerdas o portátil.

Muchas veces, cuando pianistas famosos como Rosenthal estaban de gira, no disponían de pianos en sus habitaciones o en los largos viajes en tren, barco, etc. En este siglo también se pensó en ello, surgiendo los llamados pianos portátiles o sin cuerdas, que como su propio nombre indica, no tenían cuerdas. Era simplemente comerciar el mecanismo de teclas-macillos de los pianos convencionales, o lo que es lo mismo, la parte de las teclas que sobresale en los pianos verticales.

Es obvio que al ser solo el mecanismo del teclado, sin las cuerdas, no producía sonido, pero al menos, se podían mover los dedos y «ensayar silenciosamente» las obras.

Hoy en día cuesta ver algún ejemplar, pero sí es relativamente sencillo encontrar evidencias. Entre ellas, se conserva una fotografía del propio Moriz Rosenthal que había sido publicada en la revista Life, del 18 de abril de 1938

3- Piano convertible en cama:

El tema de los apartamentos pequeños o mini-pisos no es algo exclusivamente actual, así como tampoco lo es el querer ahorrar espacio reutilizando muebles y dándoles varias utilidades.

De esta idea surgen los pianos convertibles en cama. Tienen un mecanismo similar al de aquellos armarios que tenían un tirador con el que se hacía descender una cama.

Solo se hicieron en formato de pianos verticales o de pared. Se conservan varios en la actualidad y dos de ellos se exhiben en el museo australiano Golden Era y en el Brooklyn Museum. El somier y colchón se encontraban adheridos a la tabla trasera del piano, que en este caso se encajaba por los laterales a un mecanismo, que al ser accionado, hacían que la parte frontal girase-descendiese hacia el suelo, quedando así la cama alojada en la parte trasera, en horizontal, lista para echarse a dormir. Aunque suene complicado o lioso, en siguiente vídeo (cortesía del Museo de Brooklyn) se ve lo sencillo que es en realidad. Practicidad en su estado máximo.

4- Piano convertible en cama y escritorio:

También se conocían como bedroom-pianos. Siguen la filosofía de los pianos convertibles en cama, pero llevando el concepto un poco más allá. ¿Para qué convertirlo en cama si podríamos transformarlo en un completo dormitorio con sus mesitas, cajones, etc.? Lamentablemente no se conservan ejemplares en museos como en los bed-pianos, pero sí se han preservado planos, esbozos e incluso testimonios de pianistas de la época que los había empleado:

Hess: «Este piano con sus accesorios está indicado sobre todo para los hoteles, pensionados, etc. para ubicarlo en las habitaciones que se utilizan de salón durante el día y de dormitorio por la noche».

5- Pianos para enfermos o personas postradas en camas.

Modificando un poco la idea de los pianos convertibles en cama, a finales del siglo XVIII y a lo largo del siglo XIX se idearon y comercializaron unos pianos diseñados para ser tocados desde la cama. La idea partió de unos médicos que pensaban en amenizar la vida de los pacientes que se veían obligados a permanecer en cama, ya fuera temporalmente o de por vida. La idea gustó bastante debido a que el piano era un instrumento doméstico y habitual en los hogares de casi todas las familias de la época. Además, la idea se popularizó entre pianistas profesionales que debido a dolencias o lesiones en sus extremidades inferiores o en la columna, debían guardar reposo. Se conservan varios ejemplares, custodiados en diferentes museos dedicados al piano.

«Hace un siglo no existían los avances médicos y ortopédicos de los que gozamos hoy en día. Por enfermedad o accidente, mucha gente se veía obligada a pasar gran parte de su vida en una cama y este invento trataba de acercar la música a algunos de ellos.» Spaarnestad.

Aunque estos pianos cayeron en el olvido y el desuso, debido principalmente a que sus mecanismos propiciaban la rotura de cuerdas y la desafinación casi constante del instrumento, con el paso del tiempo, la idea ha persistido y aún hoy se persigue el poder tocar el piano desde la cama. Ya sea por motivos de enfermedad o incapacidad, o ya sea por vagancia, el tocar el piano de forma desenfadada y relajada en un sofá o una cama como se puede hacer con otros instrumentos como los ukeleles, es algo que muchos músicos desean. Y aunque parezca un sueño inalcanzable, la ingeniería y la informática comienzan a ponerse de nuestro lado con opciones como el modelo Revo1 de la compañía canadiense Nu-Motion. En este caso, se trata de un teclado controlador MIDI curvo e inalámbrico, lo cual es idóneo para este objetivo, como puedes apreciar en la siguiente fotografía.

Toda la información que figura en este artículo ha sido consultada y extraída de los siguientes libros, imprescindibles en la biblioteca de todo pianista o melómano interesado en la historia del piano:

Cris Rodriguez
Cris Rodriguez
Pianista profesional y profesora de conservatorio. Cofundadora de Maldito Piano. Cuando mi trabajo me dá tregua, me escapo a tocar por el mundo adelante para participar en proyectos alucinantes como el Jordan Rudess KeyFest o Rockin'1000. No sé vivir sin música,así que el tiempo que me queda se lo dedico a estos tutoriales.

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