Sin duda, una de las pianistas más rebeldes y luchadoras de la historia. Nacida en la Alemania de principios del XIX e hija del más grande de los maestros de piano de la época, Friedrich Wieck , estaba claro que Clara Schumann había nacido para ser concertista. Sin embargo, a pesar de los dictados de la época, ella quería ser compositora.
La propia Clara escribió varias veces en su diario la frustración que le ocasionaba el que las mujeres no pudiesen componer. Incluso hubo épocas en que llegó a resignarse: «Alguna vez creí que tenía talento creativo, pero he renunciado a esta idea; una mujer no debe desear componer. Ninguna ha sido capaz de hacerlo, así que ¿por qué podría esperarlo yo?»
Sin embargo, Clara Schumann no había nacido para ser lo que otros querían que fuera. Una de sus primeras y célebres composiciones la comenzó a los 14 años de edad. Se trata de su Concierto para Piano en Do Menor. Le llevó dos años terminarlo y ella misma interpretó la parte de piano en su estreno con la Leipzig Gewandhaus Orchestra, dirigida por Felix Mendelssohn. Todo un logro para una jovencita de 16 años.
No obstante, su valor y rebeldía no acabarían con esa hazaña. Tras desobedecer a su padre y esperar a cumplir los 21 años para poder casarse legalmente y sin necesidad de consentimiento paterno con Robert Schumann, siempre fue ella la que sacó a su familia adelante, dando giras de conciertos. Incluso cuando Robert estaba ingresado en el psiquiátrico tras sus intentos de suicidio y ella embarazada, siguió con sus interpretaciones para mantener a sus hijos. Por esta razón, entabló lazos de amistad con grandes personalidades de la época como Goethe, Brahms, Mendelssohn o Chopin.
A pesar de su salud, Robert animaba a Clara a componer. Se sabe que como muestra de su confianza en ella y también como detalle amoroso, en secreto publicó las obras que ella compuso durante su primer año de matrimonio y se las regaló en el primer aniversario.
En 1831, se publicó en Alemania la obra de Clara Schumann «Cuatro polonesas para piano». Estas publicaciones abrieron la puerta a otras y poco a poco se fue dando visibilidad a su labor como compositora. En 1833, comenzó la composición de un concierto para piano, que terminó en 1835 y fue publicado en 1837. Entre 1834 y 1836 escribió una colección de seis piezas para piano solo, Opus 6, publicado con el título «Soirées Musicales».
No obstante, la sociedad seguía llevando mal que una mujer fuese concertista y compositora, y por si fuera poco, el tener que hacerse cargo de la familia le dificultaba todo mucho más. Tanto fue así que en 1853 clara escribía en su diario: «Hoy comencé a componer de nuevo, por primera vez en varios años. Para el cumpleaños de Robert quiero escribir variaciones sobre un tema de sus Bunte Blätter. Sin embargo, es muy difícil para mí porque he estado alejada de la composición por demasiado tiempo.»
El tema elegido por Clara era una pieza compuesta por su marido Robert en 1841 y que se publicó en 1852. La versión de Clara, su Opus 20, se publicó en 1854, cuando Robert estaba ya hospitalizado después de su intento de suicidio.
Cuando su marido falleció, Clara continuó con su actividad pianística hasta pocos años antes de su muerte, para continuar manteniendo a su familia. Se sabe que llegó a realizar unas 40 giras de conciertos por Europa. Puede que siguiese estando mal visto lo de ser mujer, pero los entendidos del piano la consideraban una de ellos y valoraban enormemente sus cualidades. Por suerte, sus amigos siempre la ayudaron mucho y pelearon con ella para abrirle las puertas de los escenarios y darle el gran lugar que se merecía.