El grupo de rock Marea canta en una se sus canciones «Quédate hasta el día que lluevan pianos». Lo que quizás no sepan en el grupo es que hubo días que llovieron pianos en Europa.
La música ha acompañado al hombre en la guerra desde tiempos inmemoriales. Instrumentos como trompetas y tambores han acompañado siempre a los ejércitos. Cumplían una doble función, transmitir órdenes a las tropas e insuflar ánimos en la moral de los combatientes.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los aliados eran conscientes de la necesidad de mantener alta la moral de sus tropas. Era muy común entre los americanos montar pequeños espectáculos para sus soldados a los que acudían figuras famosas del cine o la música. Por unos momentos, los soldados podían olvidar que se encontraban en una guerra horrible a miles de kilómetros de su casa.
Pero este tipo de espectáculos tenían gran dificultad logística y no se podían llevar a primeras líneas del frente. Entonces pensaron que sería mucho más sencillo darle a los soldados las herramientas necesarias para crear su propio ocio.
En la Segunda Guerra Mundial participaron millones de hombres, así que es normal que muchos soldados supiesen tocar instrumentos. Es por eso que se inició una campaña para que los soldados pudiesen tener instrumentos, entre ellos pianos.
Victory Vertical, los pianos de la Victoria.
Steinway & Sons fue el fabricante encargado de crear los pianos que se trasladasen al frente. Para ello, la marca tuvo que reformular su concepto de piano. El objetivo principal ya no era conseguir un piano con un sonido perfecto, sino conseguir un piano sólido, liviano para transportar fácilmente y que se ajustase a las limitaciones en el uso del hierro que había durante la guerra. La prioridad de la época era crear armamento de guerra, así que había grandes limitaciones en el uso de hierro, latón y otros metales en el resto de las industrias.
Los ingenieros de Steinway se las arreglaron para crear un piano con unas medidas un poco más pequeñas que los pianos normales y un peso de solo 14 kilos. El Victory Vertical utilizaba solo una décima parte de un piano promedio. También se aligeró utilizando cuerdas de hierro suave en vez de cobre y sustituyendo el marfil de las teclas por otras de celuloide.
La prioridad era que los pianos fueran duraderos y funcionales, así que contaban con características especiales para sobrevivir en la guerra: tratamiento anti insectos, pegamento resistente al agua y asas para que los soldados pudiesen transportarlo.
Junto con el piano se incluía un sencillo juego de herramientas para afinarlo y partituras con canciones populares e himnos de guerra.
Así llegó el día que llovieron pianos en Europa. Así se conoce el primer día que se arrojaron pianos en paracaídas en distintos puntos del frente. Los pianos también fueron transportados por tierra y por mar. Incluso se construyeron pianos dentro de submarinos.
De esta manera, la música volvió a sonar en muchas zonas de Europa donde solo se habían escuchado explosiones y disparos en los últimos años.