Muchas son las leyendas en torno a las actividades de los nazis, más allá de las atrocidades que cometieron. Muchas de estas leyendas giran en torno al tesoro de los nazis. ¿Hay un tesoro nazi que todavía permanece oculto hoy en día? y en caso de existir ese tesoro, ¿puede una partitura ser la clave para encontrarlo?.
El oro de los nazis
A medida que los nazis fueron invadiendo otros territorios, expoliaron las reservas de oro de los países conquistados. A esto hay que sumar la gran cantidad de riquezas que robó a sus opositores políticos, a las minorías étnicas y, sobre todo, a los judíos.
No se sabe con certeza cuánto oro acumularon los nazis y cuánto utilizaron para intercambiar por materias primas a los países teóricamente neutrales, sobre todo Suiza, España y Portugal. Gran parte de este oro acabó en bancos de algunos de estos países, pero se especula con la posibilidad de que los nazis lograran esconder una reserva de oro considerable.
Se desconoce el valor de esta fortuna, pero sí se sabe que en abril del 45, con la guerra ya perdida, la Wehrmacht y los jefes del Reichsbank idearon un plan para esconder este oro. El lugar elegido para esconderlo fue el pueblo de Einsiedl, en Baviera. Eligieron esta zona porque pensaban que sería la última en caer, algo que, efectivamente, así sucedió. El plan fracasó y los nazis no consiguieron llevar la misión a cabo, pero se piensa que se las idearon para esconder, al menos, unos 100 lingotes de oro.
Se piensa que Martin Bormann, el secretario personal de Hitler, era la persona que poseía la clave para encontrar el tesoro. Bormann huyó del bunker donde se suicidó Hitler en un convoy que acabó siendo alcanzado por un obús ruso. Durante mucho tiempo se pensó que Bormann había logrado huir de Alemania, pero en 1977 unos obreros encontraron un cadáver en una obra y las pruebas de ADN confirmaron que era Bormann.
La partitura con el secreto
En 2013 el cineasta holandés Leon Giesen afirmaba haber dado con la clave para encontrar el oro nazi. Su pista estaba en una partitura musical que había pertenecido a Bormann. A la muerte de este, la partitura llegó a manos del periodista holandés Jarl Hammer Kaatee que, tras muchos años intentando de resolver el código, sin éxito, acabó colgándola en Internet.
Se trata de la partitura de la Marcha Impromptu del compositor Gottfried Federlein. Bormann habría añadido varias frases, runas y símbolos que señalaban el lugar del tesoro.
En 2013, Leon Giesen anunció que había resuelto el misterio y que conocía el lugar exacto del tesoro, basándose en 3 claves:
Hay una estrofa añadida a la partitura que dice «donde Mathias acariciaba las cuerdas«. Según Giesen, esta frase se refiere a la localidad de Mittenwald, lugar de nacimiento del famoso lutier Mathias Klotz. Cabe destacar que dicha localidad se encuentra en Baviera, muy cerca de donde los nazis planeaban ocultar su tesoro en su misión fallida.
La segunda clave, radicaba en los extraños símbolos que Bormann habría incluido en los pentagramas de la partitura. Giesen pensaba que juntándolos, se obtenía un diagrama esquemático de las vías de tren que existían en los años 40 en dicha localidad.
Por último, la frase «finaliza la danza«, escrita al final de la partitura, indicaría que el punto exacto del tesoro, al final de la vía.
Tras anunciar su descubrimiento a bombo y platillo en 2013, Giesen realizó varias perforaciones en la localidad, ya que con el paso de los años el dibujo de las vías había cambiado y no conocía el punto exacto. En una entrevista al Der Spiegel informaba que había encontrado una serie de metales que los geólogos reconocían como una anomalía del terreno y anunciaba un crowfunding para reunir los 25.000€ que costaría levantar el yacimiento.
Desde 2013 no hemos vuelto a tener noticias de esta aventura de Leon Giesen. Quizás no siguió las pistas de la manera correcta y el oro nazi sigue perdido, esperando que alguien lo encuentre.