A pesar de que en vida fue un gran desconocido en su país, Domènec Terradellas fue uno de los compositores de ópera italiana más importantes del siglo XVIII. Fue uno de los representantes más significativos de la escuela de Nápoles, maestro de capilla en Roma y director del King´s Theatre de Londres. A pesar de todo esto, no se estrenaría una obra suya en su tierra hasta 3 años después de su muerte.
Terradellas fue una figura clave en la evolución de la ópera hacia el clasicismo a la altura de otros como Johann Adolf Hasse o Niccolò Jommelli. Sin embargo, su figura no es muy conocida. Con este artículo, queremos hacerle nuestro pequeño homenaje.
Origen humilde y carrera en Italia
Domènec Terradellas nació en Barcelona, en 1713, en el seno de una familia campesina. Pudo asistir a la escuela y recibió sus primeras órdenes clericales en la Catedral de Barcelona. Se cree que allí pudo ser alumno del famoso compositor Francesc Valls.
Con 19 años se trasladó a Nápoles, donde pudo perfeccionar sus estudios de música en el Conservatorio dei Poveri di Gesù Cristo (actual Conservatorio de San Pietro de Maiella).
Al poco de llegar a Nápoles estrenaría su primera obra: el oratorio Giuseppe riconosciuto. En los siguientes años seguiría componiendo en sus tres géneros favoritos: música sacra, composición cómica y ópera.
El éxito de su ópera La Merope (1743) le abrió las puertas para ser maestro de capilla de la iglesia de San Giacomo degli Spagnuoli en Roma. Mantuvo 2 años este puesto, hasta que lo dejó por problemas personales. Durante este periodo compondría gran cantidad de Música Sacra.
Estancia en Londres y París
Entre 1746 y 1747 residió en Londres. Allí se haría cargo de la dirección del mítico King´s Theatre, donde presentó con éxito sus óperas Annibale in Capua, Mitridate y Bellerofonte.
En esa época el King´s Theatre era el escenario donde rivalizaban Händel y Giovanni Bononcini. Esta pugna iba más allá de lo artístico y tenía un cariz político y social. Los partidarios de uno defendían la nueva dinastía de los Hannover, mientras que los partidarios del otro se consideraban germanófobos.
Domènec Terradellas llegó a eclipsar a Händel con un nuevo estilo operístico que renovaba lo que hacía este último.
Llegó a hacerse gran amigo del heredero del condado de Bückeburg quien, tras su éxito, le propuso ser músico de su corte. Sin embargo, el asunto no llegó a buen puerto.
Tras su estancia en París, pasaría por Bruselas para recalar en París. En París tomó contacto con la ópera francesa, aunque esta no era de su gusto. También entraría en contacto con grandes personalidades de la época como Rameau y Rousseau.
Una muerte sin aclarar
De vuelta a su vida en Roma, tendría un éxito sin precedentes con su aclamada ópera ‘Sesostri rè d’Egitto’.
Sin embargo, su intensa vida se vio truncada por una muerte abrupta a los 38 años. Esta muerte dio lugar a todo tipo de especulaciones y a una cierta leyenda negra.
Se dice que tras su muerte estaba la figura del compositor Niccolò Jommelli que, presa de los celos por su gran éxito, encargó que lo mataran. Una versión de la historia dice que Jommelli contrató a unos sicarios para que lo mataran y arrojaran su cuerpo al Tíber. Otra versión asegura que fue envenenado por un refresco al salir de una función.
Lamentablemente, Domènec Terradellas murió antes de ver estrenadas sus obras en su país de origen. Fue una figura clave en la evolución de la ópera hacia el clasicismo cuya labor, por algún motivo, no ha sido tan reconocida como debería.