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Analizando a Ravel: claves para comprender su obra.

Más allá de su famoso Bolero, que todo el mundo conoce, Maurice Ravel fue un prolífico compositor. Aunque su obra está vinculada al impresionismo, su herencia musical y sus ganas de innovar, lo llevaron a coquetear con otros estilos como el neoclásico o el expresionismo. En muchas de sus obras, parte de estructuras tradicionales, modificándolas y creando variaciones a su gusto. En muchas obras de Ravel, las cosas no son lo que parecen como veremos a continuación.

Influencias de Ravel.

Ravel siempre ha tenido un amplio abanico de influencias de lo más diverso. Las más evidentes son Chabrier y Satie en el Menuet Antique; Chabrier y Fauré en la Pavana para una infanta difunta. También se aprecian grandes vestigios del estilo barroco-clavecinista francés en muchas de sus obras, César Franck en su Sonatina, e incluso influencias españolas, sobre todo en su célebre Alborada del Gracioso.

Características armónicas de Ravel.

Usa la escala de tonos muy rara vez (contemporáneos como Debussy la empleaban mucho). Por la contra, emplea sonoridades pentáfonas, sextas aumentadas sobre nota pedal, acordes de novena, décima, decimoterceras, acordes perfectos menores con apoyatura de novena mayor… En general utiliza una armonía más funcional que la de Debussy y utiliza giros cadenciales muy característicos, como por ejemplo: IV-II-V-I. También suele usar con frecuencia los modos eolio/eólico, frigio y dórico.

Una peculiar forma sonata.

En la música de Ravel podemos encontrar algunas obras que se ajustan a la forma sonata, pero también muchas otras con los elementos invertidos. Aparentemente podrían parecer sonatas, pero que si nos fijamos, apreciaremos que el orden de sus partes y elementos aparecen al revés.

Así, por ejemplo, en Juegos de agua el segundo elemento se reexpone antes que el primero, la Sonatina presenta forma de sonata cíclica y en Ondine y Scarbo se altera el orden de los motivos en la reexposición. También, por ejemplo, el caso de Le Gibet, que no es realmente una forma sonata, sino una forma binaria con los motivos expuestos al revés.

Obras con forma ternaria.

Ravel exploró la composición en forma ternaria en obras como Meuet Antique (forma A-B-A), Noctuelles, los Pájaros tristes, El valle de las campanas, o la Alborada del Gracioso, donde además, en la vuelta a A se invierten los elementos.

Obras con forma rondó.

Pavana para una infanta difunta y Una barca sobre el océano. Esta última un tanto controvertida, ya que existen musicólogos que la consideran un rondó y otros que la ven como casi un rondó.

Los modos en Ravel.

Ravel fue un compositor que se atrevió a experimentar profundamente con los modos, especialmente los modos Eólico/Eolio, Frigio, Dórico, y con menos frecuencia, el Mixolidio.

Menuet Antique.

Esta conocida obra de Ravel es una de las que mejor ejemplifica la influencia del estilo clavecinístico francés. Su forma es A-B-A, con repeticiones entre cada subparte. No existe contraste temático (algo típico del Barroco). A parte de las influencias del barroco y el estilo clavecinístico, también pueden verse rasgos de Chabrier y de su Menuet Pomposo (el cual orquestó el mismo Ravel) y también de Satie.

Presenta escritura imitativa y la reexposición cuenta con los motivos a1 y a2. Por lo que la forma quedaría de la siguiente manera:

A (a1:// – a2) – B (b1:// – b2) – A (a1 :// – a2). A2 mantiene los acordes y el elemento melódico e cuarta descendente. En ella existe abundancia de acordes y notas repetidas en pianísimo y sin sordina.

Pavana para una infanta difunta.

Tiene una forma rondó (A-B-A-C-A). En ella, A y B contienen dos frases cada uno. El segundo A conserva la melodía pero cambia la escritura. C (con acordes) también tiene dos frases y está escrito en modo dórico. Cada parte tiene dos frases, al más puro estilo barroco.

Juegos de agua.

Esta emblemática obra contiene dos motivos importantes. Se basa en la forma sonata pero no la sigue al pie de la letra. Además, en la reexposición, las ideas están más ricamente orquestadas.

La exposición tiene una sección introductoria. El primer elemento temático es pentáfono y el segundo está claramente relacionado con él. El desarrollo trabaja los dos elementos. La reexposición cuenta con el motivo introductorio inicial, pero de nuevo y al igual que en otras obras, el segundo elemento se reexpone antes que el primero.

Su escritura no es regular y también cambia los ritmos constantemente. Son frecuentes los trémolos en fortísimo y explota la región del registro agudo y sobreagudo. Otra característica es que la melodía se reparte entre la mano derecha y la izquierda.

Es muy peculiar la cadencia que contiene acordes que van de fa sostenido a do mayor y con unas dinámicas que se extienden desde ppp hasta fff. Por momentos encontramos escritura a tres pentagramas y en el final, arpegios complejos.

Aquí también es donde usa por primera vez el acompañamiento a base de notas dobles, que reutilizará en el Valle de las Campanas.

En general, muchos estudiosos coinciden en que todas las técnicas e innovaciones posteriores surgen de esta obra en concreto.

Sonatina.

Ravel comenzó su obra Sonatina en 1903 para un concurso para la revista Quickly Critical Review. Lo descalificaron porque la obra tenía un par de compases más que el número máximo marcado en las bases. No obstante, Ravel la publicó posteriormente en 1905.

En esta obra emplea el estilo del Perpetum Mobile y el tema principal aparece en los tres movimientos.

Su forma es de sonata cíclica, bastante modal, y usa el arpegio como acompañamiento del tema principal.

En el primer movimiento la introducción presenta el tema principal, en el desarrollo usa temas de A y B (el A algo variado y transportado), y en la reexposición es con introducción-A-puente-B acortado-Coda. Las dificultades pianísticas que presenta son principalmente arpegios y acordes.

El segundo movimiento, un Menueto, contiene escritura homofónica, fraseo tradicional cada 4 compases, y en B aparece el tema principal del primer movimiento.

El tercer movimiento (Animato) es de forma sonata-rondó, con ostinatos y zonas arpegiadas no temáticas. El tema principal aparece de nuevo tal y como apareció antes en el Menueto. Sus dificultades pianísticas son ostinatos, arpegios, acordes (cadencias), arpegios casi circulares y dos niveles en la misma mano.

El enigma de Miroirs.

Miroirs (espejos) es una suite para piano que contiene cinco piezas o movimientos, cada una con un título y una historia/carácter diferente. Son: Noctuelles, Oiseaux tristes, Une barque sur l’océan, Alborada del gracioso y La vallée des cloches.

El enigma de estas piezas está en la primera de ellas. Noctuelles, que significa luciérnagas (aunque algunos lo traducen como polillas), está dedicada al poeta Fargue y se cree que está basada en uno de sus poemas. Toda la escritura de la pieza busca describir el comportamiento y el vuelo de las luciérnagas, y por eso hay tantos cambios de direccionalidad.

La parte A es la más movida porque es precisamente la que representa a las luciérnagas. B es más tranquilo y sincopado aunque presenta guiños a la parte A.

La segunda pieza de esta suite es Una barca sobre el océano. Emplea diferentes recursos pianísticos para recrear el océano, como múltiples trémolos a terceras, arpegios, figuración de escala-arpegio, combinaciones de arpegio y trémolo (oleaje), arpegios circulares en la mano izquierda y la derecha, acordes, melodía con notas dobles, trémolos en dobles notas en la derecha con arpegio circular en la izquierda, y un abanico sonoro muy amplio que va de ppp a fff.

La alborada del gracioso, la tercera pieza de la suite, contiene el título originariamente en español, puesto por el propio Ravel. En ella hay muchas características que imitan las sonoridades folclóricas españolas e incluso aparece el Cante Jondo (similar a como sucedía en el Albaicín de Albéniz): acentos al revés, notas repetidas, imitaciones del rasgueo y el punteo de la guitarra, empleos del modo frigio (típico español), variantes andaluzas (3ª mayor y menor simultánea), y achacaturas. Sus dificultades pianísticas más reseñables son las notas repetidas, los glissandos en terceras y cuartas y la imitación del rasgueo de la guitarra.

La última pieza, el Valle de las campanas, está dedicada a su primer alumno. La música trata de recrear el sonido de unas campanas de iglesia, con exuberantes armonizaciones y otras sonoridades muy curiosas que hacen que se considere una de sus piezas más sorprendentes y originales.

Gaspard de la Nuit.

El título completo original puede traducirse como «Tesorero de la noche: tres poemas para piano sobre Aloysius Bertrand». Esto se debe a que la obra se basa en los 65 poemas en prosa escritos por Aloysius Bertrand, que tras caer al olvido, fueron rescatados por Mallarmé y Baudelaire. Ravel musicalizó tres de ellos: Ondine, Le Gibet y Scarbo, que se corresponden a los tres movimientos del Gaspard de la Nuit.

Ondine: Su principal dificultad es el acorde repetido con nota simple, combinado con dos repeticiones del acorde más nota simple, octavas, notas dobles mixtas en la mano derecha, juegos dinámicos (ppp-ff), arpegios en la mano derecha, izquierda y a manos juntas. Su estructura es una especie de forma sonata, en la que altera el orden de aparición de los elementos en la reexposición (característica típica de Ravel). Su centro tonal más abundante es do sostenido, seguido por sol sostenido y precisamente esta especie de relación V-I es lo que más se aproxima al concepto de tonalidad. Los acordes más abundantes son los de novena de dominante, seguidos de los acordes perfectos mayores.

Le Gibet: Tiene una forma binaria con los motivos de nuevo reexpuestos al revés. Hay una nota pedal «obsesiva» a lo largo de todo el movimiento que se repite sin importar la tonalidad, los motivos o las partes. En cuanto a su escritura, dominan los acordes de novena de dominante, las tríadas mayores y en menor frecuencia, las menores. Empieza y termina en mi bemol menor aunque presenta si bemol mayor (nota obsesiva) como segundo centro tonal más importante, creando así de nuevo la sensación de I-V. Entre su escritura pianística destacan los múltiples niveles, las síncopas, la nota pedal obsesiva, técnica de acordes y el hecho de que esté prohibido alterar el pulso por medio de rallentandos y accelerandos.

Scarbo: En este movimiento aparece el re# como nota repetida en múltiples ocasiones, tanto en la mano izquierda como en la derecha. Su estructura sigue una forma sonata con el orden de los motivos invertido en la reexposición. Su exposición consta de Introducción-A (a1-interludio-a2-interludio2-a2-transición1-a3-a1) – B (b1-b1 acortado-b2-b3-b4-b5-b6-b7-b6 transportado-b8-b9-transición2) – Desarrollo (se citan e intercalan distintos temas, tanto antiguos (a2, a3, b6), como nuevos (c1, c2), y superposiciones de temas (c1 en la mano izquierda con a3 en la mano derecha) – Reexposición (Intro-a2 con aumentación-interludio2-a2 con aumentación-transición1-b1-b4-b6-b7-b6-b7-b8-transición2) – Coda final (b6-a1-b6-a2-b6-introducción). De entre sus dificultades pianísticas destacan las notas repetidas en ambas manos, los trémolos de acordes y dobles notas, los arpegios de todo tipo, las octavas quebradas y placadas, técnica de dedos, dobles notas en la izquierda, trinos complejos en la derecha y simples en la izquierda.

Cris Rodriguez
Cris Rodriguez
Pianista profesional y profesora de conservatorio. Cofundadora de Maldito Piano. Cuando mi trabajo me dá tregua, me escapo a tocar por el mundo adelante para participar en proyectos alucinantes como el Jordan Rudess KeyFest o Rockin'1000. No sé vivir sin música,así que el tiempo que me queda se lo dedico a estos tutoriales.

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