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Franz Liszt, su carrera y su vida amorosa.

Franz Liszt fue un gran pianista y compositor húngaro del siglo XIX. Su padre era intendente de la corte de los Esterházy y violonchelista en su orquesta. Precisamente fue él quien introdujo a Liszt en el mundo de la música, enseñándole a tocar al piano obras de Mozart, Haydn y Beethoven. Con seis años Liszt ya podía tocar a primera vista obras de relativa complejidad y dio su primer concierto a sus 9 años. Estos rápidos progresos hicieron correr la voz sobre su talento entre la corte de los Esterházy y así recibió una beca de estudios por parte de los mismos para formarse en Viena, con Czerny como profesor de piano y con Salieri como profesor de composición.

Liszt como músico.

En Viena progresó a pasos agigantados y en 1822 ofreció su primer concierto de piano en esa ciudad. Tenía 11 años de edad. Tras este concierto comenzó a publicar sus propias composiciones. El famoso editor y compositor Diabelli le encargó una variación sobre un vals suyo, para incluirlo en una colección que estaba haciendo con composiciones de los compositores más célebres de esa época. Liszt decidió componer más variaciones y prueba de ello son las Siete variaciones brillantes sobre un tema de Rossini, y el Impromptu brillante sobre temas de Rossini y Spontini, ambas de 1824.

Además del piano y la composición, Liszt tenía otra gran pasión: la lectura de los Evangelios. Esto le llevó a tener períodos de misticismo en algunas etapas de su vida.

En 1823 trató de entrar como alumno en el Conservatorio de París, pero, a pesar de su fama, fue rechazado. Según el director, Luigi Cherubini, el motivo era que no admitían alumnos extranjeros.

Pero, como se suele decir, cuando se cierra una puerta siempre hay una ventana que se abre, y tanto Ferdinando Paër como Anton Reicha (importantes compositores del momento) decidieron instruirlo. Tras su formación con ambos compositores y una gira de conciertos por Inglaterra, a sus 14 años, Liszt estrenó en París la que sería su primera y única ópera: Don Sancho o El castillo del amor.

De esta manera, París se convirtió en el epicentro de su vida concertística y compositiva, y también de su vida social. Allí frecuentó a Chopin, a Mendelssohn, a la escritora George Sand, e incluso al dramaturgo Victor Hugo.

En 1826 compone su Estudio en 12 ejercicios, del que derivará su obra maestra, los Estudios de ejecución trascendental (1951).

En 1832 asiste a un concierto del célebre violinista Niccoló Paganini, a quien admiraba. Precisamente Paganini lo inspiró para proponerse ser un pianista virtuoso y tratar de componer obras al mismo nivel de complejidad. Ya se había inspirado en él en 1831, para componer sus célebres Grandes estudios de Paganini. Posteriormente compondría los Estudios de ejecución transcendental según Paganini, en 1838-39 (no confundir con los Estudios de ejecución transcendental).

Poco después Liszt conoció a Sigismond Thalberg, quien solía alardear de que era mucho mejor pianista que Liszt. Por esta razón, para acallar rumores fastidiosos, Liszt convenció a la princesa Belgioioso (admiradora suya) para que financiara y apadrinara un duelo pianístico entre ambos. Precisamente fue a la princesa Belgioioso a quien Liszt escribió su famosa carta en la que copia las palabras de Luis XIV de El Estado soy yo, para decirle El concierto soy yo.

El enfrentamiento tuvo lugar el 31 de marzo de 1837 y fue anunciado como el duelo entre los mejores intérpretes del momento. A Liszt y a Thalberg se les unieron otros pianistas que también querían enfrentarse, como Chopin, Czerny, Henri Herz y Peter Pixis. A pesar de que todos eran grandes pianistas, el jurado y todo el público coincidió en que Liszt los superaba a todos. Este reconocimiento consolidó firmemente su figura y su fama de virtuoso. Esto le llevó a realizar una gran gira de conciertos en 1839, con la que pretendía reunir fondos para construir un monumento a Beethoven. Esta gira lo llevó por las principales ciudades de Inglaterra, Turquía, Portugal, e incluso Rusia. Por todas ellas Liszt desataba un gran fanatismo entre el público, especialmente femenino, por lo que a su fama de pianista, se le sumó la de mujeriego.

En las décadas de 1840 y 1850 List también compuso obras inspirándose en la literatura como las Armonías poéticas y religiosas, los Tres sonetos de Petrarca, y comenzó su gran reto compositivo, Años de Peregrinaje.

En 1848 Liszt consideró que había alcanzado la cumbre de su carrera pianística y anunció su retirada de los escenarios. Con su retirada se instaló en Weimar (Alemania), ocupando el puesto de maestro de capilla de la corte. Este cargo le permitió dedicarse casi por completo a la composición. Por eso sus obras más famosas datan en estas fechas. Algunos ejemplos son los dos conciertos para piano, la Totentanz, las sinfonías de Dante y Fausto, e incluso sus poemas sinfónicos. Y todo esto sin olvidarnos de su labor como docente, y es que Liszt tuvo más de 400 alumnos al tiempo que compuso unas 350 obras.

Liszt como amante.

En 1833 Liszt mantuvo una relación amorosa con la condesa Marie d’Agoult, con la que llegó a convivir durante un tiempo en Ginebra. En esta ciudad residieron los dos amantes mientras Liszt impartía clases en el conservatorio, justo antes de regresar a París y celebrar su famoso duelo pianístico. Se cree que esta relación sin estar casados y medio secreta duró desde 1833 hasta 1844 y fruto de su amor nació su hija Cósima (que se casó primero con Hans von Bülow, alumno de Liszt, y luego con Wagner), su hija Blandine y su hijo Daniel. No obstante, por cartas que se conservan de los años 40, sabemos que Liszt le fue infiel a Marie. Su principal amante del momento fue la princesa Carolyne Sayn-Wittgenstein, a quien llegó a escribirle en una carta que ya no quería a Marie, y solo su muerte le haría llorar o sentir pena por ella.

Tres años después de su ruptura amorosa con la condesa Marie, Liszt se instala con la princesa Carolyne en Weimar. Allí vivieron juntos hasta 1861. Ese año, Liszt decidió trasladarse a Roma y estudiar teología, lo que le llevó a romper sentimentalmente con la princesa. Desde ese momento Liszt se dedicó a Dios y a componer obras religiosas como sus dos misas o el oratorio Christus. En 1865 tomó las órdenes menores y se convirtió en abad. Desde ese momento vivió a caballo entre Roma, Budapest y Weimar. Fue en 1875 cuando lo nombraron director de la Academia de Música de Budapest.

Esta vida de celibato no sentó bien entre sus admiradoras y enamoradas. Alguna de ellas, desesperada por estar con él, llegó a colarse en sus aposentos. El caso más loco lo protagonizó Olga Janina, realmente llamada Olga Zielinska, quien lo siguió hasta Roma para ser su alumna y de paso seducirlo. Al ver que Liszt se le resistía, trató de matarlo y luego intentó suicidarse bebiendo un veneno que no llegó a matarla.

Desde 1886 Liszt residió en Alemania, donde contrajo neumonía y enfermó gravemente, hasta que falleció el 31 de julio de ese mismo año, en Bayreuth.

Aunque no se puede demostrar, algunos musicólogos sostienen que Liszt no fue del todo célibe en sus últimos años de vida. Esta afirmación la basan en la extensa correspondencia que Liszt mantuvo con la baronesa Olga von Meyendorff, a quien tildan de amante de Liszt entre 1871 y 1886.

Cris Rodriguez
Cris Rodriguez
Pianista profesional y profesora de conservatorio. Cofundadora de Maldito Piano. Cuando mi trabajo me dá tregua, me escapo a tocar por el mundo adelante para participar en proyectos alucinantes como el Jordan Rudess KeyFest o Rockin'1000. No sé vivir sin música,así que el tiempo que me queda se lo dedico a estos tutoriales.

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