A lo largo de la historia ha habido distintas modificaciones tanto en la mecánica como en la estética de los pianos. Ya en el siglo XVIII habían invertido los colores de las teclas para que las blancas fuesen las negras y las negras, blancas. Pero a día de hoy muchas marcas experimentan con pianos de formas casi imposibles, pianos flotantes, de cristal, de teclas multicolor… y ahora llegan los pianos sin teclas negras.
¿Te imaginas tocar tus obras favoritas en un piano que no te permita tocar sostenidos ni bemoles? Si eres principiante seguramente hasta te parecerá algo idílico o perfecto, pero a más de uno nos está sorprendiendo la idea que han tenido los de Sinhakken.
Un piano estándar tiene 88 teclas, de las cuales 52 son blancas y 36 son negras. Este piano en cambio cuenta exclusivamente con 52 blancas. Esto causa un efecto curioso a la vista, y es que las teclas blancas tienen el mismo ancho por su lado de afuera que por el de dentro. En cambio, en los pianos con teclas negras, todos sabemos que son más estrechas hacia adentro, donde va la tecla negra, para dejarle espacio.
En la Feria de Instrumentos Musicales de Japón diferentes pianistas lo han probado y todos coinciden en que resulta complicado y confuso tocarlo. Esto se debe principalmente a la pérdida de referencias que ocasiona ver todas las teclas blancas y del mismo tamaño, sin ninguna tecla negra de por medio o partes más estrechas que otras.
Una de las pianistas que más lo ha tocado también opina que puede tocar muchas obras en do mayor que no tengan uso de teclas negras o bien adaptar y transportar otras piezas musicales. En esta segunda opción admite que el resultado final suena muy distinto al de la canción original. Esto también ocasiona que este piano no ofrezca esos cambios armónicos intensos o sonoridades que crean un amplio abanico de sensaciones en el oyente.
Si quieres saber cómo suena, te dejamos este pequeño vídeo para que juzgues por ti mismo.
