El ondas Martenot es un instrumento realmente difícil de definir. Cuando lo ves (y lo escuchas) para que el Doctor Frankestein hubiese tratado de revivir un piano a través de la electricidad. Un instrumento que, sin contar con ningún medio digital, se adelantó a muchas de las funciones que encontramos en los órganos modernos. Un instrumento que, al presentarse, maravilló al público pues realmente parecía que viniese del futuro.
Maurice Martenot.
Para comprender cómo funciona el ondas Martenot, conviene saber un poco más de su creador: Maurice Martenot.
Nacido en París, en 1898, Maurice Martenot fue un violonchelista, musicólogo y pedagogo que llegó a desarrollar (junto a sus hermanas) un método de enseñanza musical que tuvo bastante éxito en Francia. Maurice era, además, un amante de la Música con mayúsculas, preocupado por abrir un nuevo horizonte a la música dotándola de nuevos medios de expresión, una paleta de sonidos aún no escuchados y poniendo el progreso de la ciencia al servicio del arte.
Y es que, por si fuera poco, Martenot también fue militar y un apasionado de la ciencia. Sería en 1917, trabajando como operador de radio para la armada, cuando Martenot empezó a idear el principio operativo del instrumento que acabaría llevando su nombre.
El funcionamiento del Martenot.
Como su nombre indica, el ondas Martenot funciona alterando las longitudes de onda. No resulta una explicación sencilla sin adentrarnos un poco en el mundo de la física, así que intentaremos hacerlo partiendo de la mecánica de un piano:
Al pulsar una tecla, provocamos que una (o más) cuerdas vibren. Esta vibración se se transmite a la tabla armónica, que la amplifica y la transmite al aire, provocando una onda sonora, que es la que llega nuestros oídos e interpretamos como música. La longitud y el grosor de la cuerda es la que determina si el sonido es más grave o más agudo. Con las ondas electromagnéticas pasa exactamente lo mismo, pero necesitan un altavoz para que pueda llegar a nosotros como sonido. El martenot está pensado para modular estas ondas, partiendo de 3 elementos básicos: un generador de baja frecuencia, un teclado y un altavoz.
Además del teclado para manipular las ondas, el martenot también incorpora una especie de timbre situado delante de las teclas, a lo largo del teclado. Esta parte incorpora un anillo que el intérprete se pone para deslizarlo sobre una superficie metálica, permitiendo modular el sonido como si se tratase de un glisando. Se trata de un instrumento monofónico, es decir, no puede producir notas simultáneas, así que el intérprete utiliza teclado y anillo con su mano derecha.
La izquierda queda reservada para utilizar una serie de controladores ubicados en un pequeño cajón de la izquierda. Estos controladores permiten modificar diferentes aspectos del sonido como el volumen, tonalidad, timbre, etc.
Por si fuera poco, también incluye dos pedales que funcionan como filtro y la intensidad y 4 amplificadores separados que producen diferentes efectos de sonido y que pueden utilizarse combinados o por separado.
El martenot desde sus orígenes hasta hoy
Aunque Maurice Martenot comenzó a concebir su instrumento en 1917, no presentó su primer modelo oficial hasta 1928. Como es lógico, el invento tuvo una gran acogida ya que suponía la oportunidad de alcanzar sonoridades impensables hasta el momento. El mismo año de su lanzamiento, Messiaen compuso su famoso Fête des Belles Eaux para seis ondas martenot. Otras obras de Messiaen para este instrumento fueron Dos monodías de cuartos de tono y Música escénica para un Edipo
Maurice Martenot llegó a dar clases de su instrumento en el Conservatorio Nacional de Música de París y su hermana fue la primera intérprete profesional de su invento.
El ondas martenot dejó de fabricarse en 1988, aunque desde 2008 ha habido intentos por recuperarlo. A pesar de ser un invento revolucionario en su momento, con el tiempo se vio desplazado comercialmente por los órganos y pianos digitales modernos. A pesar de ello, el repertorio para martenot cuenta con más de 1.000 obras de diversos géneros: música contemporánea, pop, rock, bandas sonoras… y a día de hoy se sigue utilizando, sobre todo en el cine, y hay artistas como Jonny Greenwood de Radiohead que lo siguen utilizando.
