InicioActualidadJohn Taylor: el oculista que dejó ciego a Bach y a Händel.

John Taylor: el oculista que dejó ciego a Bach y a Händel.

La historia de la música está lleno de acontecimientos y anécdotas extrañas. Pero si hay un episodio especialmente turbio, es el que protagonizó el oculista John Taylor.

Podríamos contar esta historia como si fuera una de esas óperas que tanto nos gustan, pues tiene todos los elementos necesarios: un malo malísimo (John Taylor), dos víctimas (realmente fueron cientos, además de Händel y Bach) y hasta una corte en la que, si bien no se desarrollan todos los hechos, tiene mucho peso en la historia (la de Jorge II de Inglaterra).

Sin embargo, en este caso la realidad supera la ficción y es bastante más compleja. Así que empecemos por el principio.

John Taylor: oculista, embaucador y sádico

En 1703 nacía en el seno de una familia de tradición médica, John Taylor. Un personaje que se convertiría en la pesadilla de cientos de personas, entre ellos Händel y J.S. Bach.

Estudió medicina (sin especializarse) en una buena escuela de Inglaterra, aunque sus dotes eran más bien escasas. Esto se demostró al poco tiempo de instalar su consulta en su villa natal, cuando varios pacientes no muy satisfechos con los resultados de su trabajo, acabaron quemándole la casa.

Sin embargo había algo que se le daba especialmente bien: el marketing y el autobombo. Y John Taylor no estaba dispuesto a renunciar a su profesión, así que se adaptó para evitar represalias.

Hemos de tener en cuenta que, en pleno siglo XVIII, el transporte era complicado y casi nadie se desplazaba de donde vivía a otros pueblos. Así que John Taylor sustentó su negocio en dos pilares:
El marketing: John Taylor se jactaba de relacionarse con lo más alto de la sociedad de la época (aunque la mayoría renegaba de él), dirigía una caravana llena de títulos falsos de lo más impresionante y, antes de llegar a cada pueblo, mandaba a sus ayudantes a anunciar su llegada. De esta manera, John convertía cada llegada a un pueblo fuese todo un acontecimiento.
La huida: Después de cada intervención, mandaba a los pacientes pasar una semana con los ojos vendados. De esta manera, fuese cual fuese el resultado de la operación, él ya estaba lejos de ese pueblo y no podía enfrentar las consecuencias.

Así fue cómo John Taylor se dedicó a recorrer los pueblos de media Europa, ofreciéndose a operar a la gente de cataratas y estrabismo, con unos precios nada baratos. Sus dotes de elocuencia y los contactos de los que presumía, conseguían que un buen número de pacientes le sirvieran de conejillo de indias. Así, John Taylor iba viajando y cegando a cuantos operaba (no a todos, pero sí a muchos), dejando a su paso una larga lista de tullidos de por vida. No contento con ello, formó familia y creó así toda una saga de cirujanos oculares de dudosa fiabilidad.

Entre sus costumbres médicas figuraban el no usar anestesia y el utilizar la colonia como desinfectante ocular… Conociendo estos datos es sencillo comprender por qué los familiares de sus pacientes trataron de quemar su casa y arrojarle al río. No se conoce cuál fue el hecho exacto que le hizo cambiar de opinión pero, tras años ejerciendo como oculista, comenzó a estudiar oftalmología en serio y llegó a graduarse en la universidad de Colonia en 1733.

Graduado o no, parece que sus ideas no cambiaron demasiado, ya que por esas fechas publicó su propio tratado de cirugía ocular en el que figuran frases y procedimientos como los siguientes:

«No opero con anestesia. Eso privaría a mi trabajo de toda emoción»

John Taylor (oculista).

A pesar de ser un charlatán que agrandaba sus éxitos y ocultaba sus fracasos, fue un hombre muy formado para su época, que escribió un buen número de tratados sobre cirugía ocular. Que escribiera muchos tratados no quiere decir que sus métodos fueran buenos. Con la mayoría, a día de hoy, nos llevaríamos las manos a la cabeza.
Cómo muestra, este era su método para operar el estrabismo, del que presumía no solo por haberlo inventado él mismo, sino por lo efectivo que lo veía:

  • Dejar el ojo que mira para la cuenca tal cual como está.
  • Debilitar con un rallador de verduras las fibras del músculo que hace girar el ojo sano para el lado contrario del que mira hacia la cuenca.
  • Voilá. Desde este momento ambos ojos miran hacia el mismo sitio (las cuencas).

Curiosamente los hallazgos que recogió en sus tratados llamaron la atención del rey y entró en la corte de Jorge II de Inglaterra como el oculista real. Se ve que se dejó impresionar por el libro pero que mucho no lo conocía… He ahí la magia del Marketing. Sea como fuera, su problema vino con que en la corte no tenía incautos con los que experimentar para no pifiarla con el rey. Por lo tanto, lo convenció de que quería ser como un Robin Hood ocular y continuó con sus hábitos de pueblo en pueblo para practicar y luego al volver a la corte y poder operar a los nobles (cobrándoles más, por supuesto).

La pesadilla de Händel y Bach

No está muy claro de Jhon Taylor disfrutaba haciendo daño a sus pacientes o, simplemente, solo le importaba la fama y el dinero, fueran cuales fueran las consecuencias.

El caso es que veía en la música un enemigo para su negocio. En uno de sus manuales dejó escrito que si los pacientes con problemas oculares disfrutaban con la música, tardarían más en querer operarse, pues aún tenían cosas con las que poder disfrutar. Por esta razón, cuando tuvo la oportunidad de operar a Bach, el mejor compositor del momento, pensó que podría dar un gran golpe a la música.

Por suerte para el sádico cirujano, Bach sufría cataratas, así que accedió a ser operado por el oculista de la corte. Taylor le operó por vez primera abriéndole el globo ocular con un cutter, aplastando el cristalino con una pinza de la ropa y volviéndolo a colocar todo en su sitio. La operación se hizo, por supuesto, siguiendo sus propios hábitos quirúrgicos, sin anestesia y sin esterilizar los instrumentos. A los pocos días Bach se deshacía en alaridos de dolor que llevaron a una segunda operación, tras la que quedó completamente ciego. Días después, Bach falleció por «las infelices consecuencias de su muy poco exitosa operación», según informaba un periódico de la época. A su muerte, Bach dejó inconclusa su célebre obra El Arte de la Fuga. El que sí llevó a cabo su particular arte de la fuga fue Taylor al salir corriendo del lugar tras causar la muerte del, para muchos, compositor más grande de la historia.

Un par de años después, otro gran compositor cayó en sus manos: Georg Friedrich Händel. No se sabe si Händel no conocía la historia de Bach o simplemente estaba desesperado porque ya lo había operado un cirujano que no logró mejorar su problema ocular… Pero el caso es que accedió a ser operado por Taylor. El resultado final fue el de otro compositor ciego aunque, en este caso, Händel pudo vivir unos pocos años más.

Hubo un tercer músico que cayó en sus manos. El español y miembro de los jesuitas Alejandro Laguardia Olavarrieta que, tras se expulsado a Italia por sus tendencias sexuales, cambió su nombre a Alessandro di Guardia Diverdi. Su libertina vida sexual se tradujo en una sífilis que deterioró su vista.
Curiosamente, fue su libertinaje el que le salvó la vista (o la que le quedaba) pues, antes de la operación, sus insinuaciones a John Taylor hicieron que este se marchase incómodo, sin llegar a operarlo.

La ironía del destino

Tras sus gran «hazaña» con Bach, John Taylor fue expulsado del reino de Prusia por Federico II. Fue expulsado por espionaje pero, realmente, ese era el motivo genérico que aludían para expulsar a la gente no deseada. Este es solo un ejemplo de como John Taylor se iba cerrando puertas allá donde llevaba a cabo sus chapuzas.

Hacia el final de su vida, comenzó a tener problemas de visión, llegando a necesitar una operación. No se sabe si fue el karma, el destino o que Jhon no era muy consciente de todos sus errores pero él mismo decidió autointervenirse. El resultado, como no podía ser de otra manera, fue que quedó completamente ciego. Por suerte para él, su doloroso calvario solo duró unos días, pues falleció al poco de operarse.

Su legado fue continuado por su hijo y su sobrino, quienes también fueron oculistas reales. No es de extrañar que, siguiendo a rajatabla las directrices de John Taylor, hicieron que su rey Jorge III acabara muriendo, ciego y loco.

Caricatura de John Taylor

Los tratados de John Taylor

La historia de John Taylor es tan esperpéntica que no parece real, el propio cirujano escribió su autobiografía en la que presumió de todo lo relatado en este artículo. Además, Taylor fue objeto de caricaturas y sátiras teatrales de su época, incluida una ópera llamada The Operator.

Por si estás interesado en acercarte más a esta curiosa figura, a continuación, te dejamos una extensa bibliografía que puedes consultar.

Tratados atribuídos a Taylor:

  • Una cuenta del mecanismo del ojo ( Norwich , 1727 ).
  • Traité sur l’Organe immédiate de la vue ( París , 1735 ).
  • Tratado sobre el humor cristalino del ojo humano, o, de la catarata y el glaucoma ( Londres , 1736 ).
  • Le Mécanisme ou Le Nouveau Traité de l’Anatomie du Globe de l’Œil (París, 1738 ).
  • Plan de estudios Cursus Anatomiae (Londres, 1743 ).
  • El caso de Sir Jeremy Sambrooke Baronet, declarado justa e imparcialmente (Londres, 1743).
  • Una investigación imparcial en el asiento del órgano inmediato de la vista (Londres, 1743).
  • Nosographia Ophthalmica (?, 1746 ).
  • Colección de obras escritas y publicadas en diferentes idiomas del Caballero Juan de Taylor ( Roma , 1747 ).
  • Se expone una cuenta exacta de 243 enfermedades del ojo y sus cubiertas ( Edimburgo , 1749 ).
  • Mechanismus oder Neue Abhandlung von der künstlichen Zusammensetzung des menschlichen Auges ( Fráncfort del Meno , 1750 ).
  • Sammlung von Urtheilen der vornehmsten Academien von Europa über den beglückten Fortgang de la Operación des Herrn Johann Taylor (Frankfurt am Main, 1750).
  • Búsqueda imparcial del verdadero sitio del órgano inmediato de la vista ( Bolonia , 1754 ).
  • Morbi Oculorum Systematice Collecti (Roma, 1754).
  • Explicación de un tratado universal sobre la naturaleza y el cuidado de las enfermedades de los ojos y sobre las partes que los rodean ( Venecia , 1754).
  • Exposición de un curso de 45 conferencias públicas sobre el arte de mantener la vista en un estado perfecto (?, 1754).
  • Disertación sobre el arte y una nueva forma de restaurar la vista, cuando se pierde a través de un vicio en el humor cristalino ( Pesaro , 1755 ).
  • Disertación sobre el arte de preservar la vista (Venecia, 1756 ).
  • Sobre el arte de restablecer la posición saludable de los ojos, producida por un vicio conocido con el nombre de estrabismo, o ambos guardar losco ( Milán , 1756).
  • Un plan de un ejemplar de conferencias, o Discursos académicos extemporáneos sobre el ojo (Londres, 1760 ).
  • La historia de los viajes y aventuras del caballero John Taylor, oftalmólogo pontificio, imperial y real, etc., escrito por él mismo (autobiografía, Londres, 1761 ).
  • Nova Nosographia Ophthalmica ( Hamburgo y Leipzig , 1766 ).

Bibliografía recomendada:

  • Taylor, John (1832). Registros de mi vida: En dos volúmenes
  • La historia de los viajes y aventuras del caballero John Taylor, oftalmólogo pontificio, imperial y real, etc., escrito por él mismo (autobiografía, Londres, 1761 ).
  • Sammlung von Urtheilen der vornehmsten Academien von Europa über den beglückten Fortgang de la Operación des Herrn Johann Taylor (Frankfurt am Main, 1750).
  • Tarkkanen A. Blindness of Johann Sebastian Bach. Acta Ophthalmol. 2013;91(2):191-2. PMID: 22339937 (Acceso libre)
  • Jackson DM. Bach, Handel, and the Chevalier Taylor. Med Hist. 1968;12(4):385-93. PMID: 4884222 (Acceso libre)
  • Miranda M. La enfermedad neurológica de Georg Friedrich Händel. Rev Med Chil. 2007;135(3):399-402. PMID: 17505588 (Acceso libre)
  • Zegers RH. The eyes of Johann Sebastian Bach. Arch Ophthalmol. 2005;123(10):1427-30. PMID: 16219736
  • Bäzner H. Georg Friedrich Händel: a case of large vessel disease with complications in the eighteenth century. Prog Brain Res. 2015;216:305-16. PMID: 25684296
  • Trevor-Roper P. Chevalier Taylor–Ophthalmiater Royal (1703-1772). Doc Ophthalmol. 1989;71(2):113-22. PMID:2663393
  • EN ) George Coats, The Chevalier Taylor , en Royal London Ophthalmic Hospital Reports , vol. 20, Londres, J. y A. Churchill, 1917, ISSN 690937101 ( WC · ACNP ) .
  • EN ) Edward Irving Carlyle, Taylor, John (1703-1772) , en Dictionary of National Biography , vol. 55, Londres, Smith, Elder & Co., 1898, ISBN no existe.
  • EN ) William King, anécdotas políticas y literarias de su propia época , Boston, Wells y Lilly, 1819, no existe ISBN.
  • EN ) Richard Zegers, Los ojos de Johann Sebastian Bach , en Archives of Ophthalmology , vol. 123, No. 10, Chicago, American Medical Association, 2005, ISSN 1538-3601 ( WC · ACNP ) .
  • DE ) Helmuth Zeraschi, Bach y der Okulist Taylor , en Bach-Jahrbuch , XLIII, Berlín, Evangelische Verlagsanstalt, 1956, ISSN 0084-7682 ( WC · ACNP ) .
Cris Rodriguez
Cris Rodriguez
Pianista profesional y profesora de conservatorio. Cofundadora de Maldito Piano. Cuando mi trabajo me dá tregua, me escapo a tocar por el mundo adelante para participar en proyectos alucinantes como el Jordan Rudess KeyFest o Rockin'1000. No sé vivir sin música,así que el tiempo que me queda se lo dedico a estos tutoriales.

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