Richard Kessler es un afamado coleccionista de arte conocido a nivel mundial por ser el dueño de la cadena de hoteles boutique Grand Bohemian. Queriendo un piano que fuese una auténtica obra, se puso en contacto con la prestigiosa marca de pianos Bösendorfer para diseñar uno a su gusto. Así nació el Bösendorfer 225 Grand Bohemian
Dicho diseño tenía que basarse en dos obras de arte que formaban parte de su colección. Un cuadro de un pavo real y un conjunto de estatuas de bronce con motivos de la naturaleza. Teniendo estos requisitos en cuenta, el piano se creó con una base de bronce fundido, con forma de ramas de árboles esculpidas, que adornan a las criaturas del bosque. Además, un llamativo pavo real con plumas desplegadas decora y conforma el atril.
Por si fuera poco, Kessler quería que el piano tuviera una luz y un brillo especial. Para eso, se incluyó una sutil iluminación dentro de la caja de resonancia. Algunas zonas, como el marco, se decoraron con oro de 23 kilates. Por si esto fuera poco, se le otorgó un tono rojo vibrante al interior de la tapa del piano y al borde interior. Para mostrar más opulencia, se eligió un modelo Imperial de 92 teclas y una cola de 225 cm.
El resultado final gustó mucho a ambas partes y se decidió fabricar una serie limitada de 9 pianos Grand Bohemian para todo el mundo. Su precio, tan exclusivo como su diseño, casi alcanza el medio millón de dólares.
Puedes ver la presentación del piano realizada por el propio Kessler en este vídeo:
