El pasado mes de noviembre tuvo lugar un curioso concierto en Hamamatsu, Japón. A pesar de haber orquesta, piano y bailarín, el concierto estaba patrocinado por la Universidad de Artes de Tokio y COI de la Universidad de Tokio de las Artes. A pesar de contar con la presencia de la Filarmónica de Berlín, el gran protagonista del concierto era el bailarín Kaiji Moriyama y una nueva inteligencia artificial desarrollada por Yamaha.
Esta nueva IA de Yamaha es capaz de captar los movimientos del bailarín y traducirlo en tiempo real a expresión musical mediante un piano. El efecto que se consigue es asombroso.
Resulta bastante difícil entender cómo funciona una tecnología tan compleja, pero para hacernos una idea, podemos identificar las 3 fases principales que intervienen en el proceso:
- Hay una serie de sensores conectados al cuerpo del bailarín para identificar sus movimientos y transformarlos en señales eléctricas.
- Los movimientos, transformados en señales eléctricas llegan a la IA, que tiene una gran base de datos de sonidos y es capaz de convertir los impulsos eléctricos en una melodía MIDI.
- La señal MIDI se envía a un piano Yamaha Disklavier, que tiene la capacidad de «tocar solo». Es decir, es capaz de reproducir las canciones que se le envían desde un ordenador o tablet.
El concierto ha sorprendido gratamente a todos los asistentes y las partes implicadas creen que se abre un nuevo camino en la búsqueda de nuevas expresiones artísticas. Yamaha ha asegurado que seguirá desarrollando esta IA para expandir aún más las posibilidades de expresión humana.
