Un concierto es una obra musical que se compone de varios movimientos en alternancia rápidos y lentos. Siempre es tocado por una orquesta sinfónica y un instrumento/voz que hace el papel de solista. En este caso, vamos a repasar los conciertos más relevantes del Clasicismo que tienen al piano como solista.
Hasta finales del Barroco, los instrumentos de tecla antecesores del piano realizaban acompañamientos con la orquesta. Fue justo en la recta final de este estilo cuando las teclas comenzaron a ser protagonistas en los conciertos. Si bien los tres compositores de conciertos para piano y orquesta clásicos más conocidos son Haydn, Mozart y Beethoven, hoy descubrirás algunos más.
Joseph Haydn: Piano Concerto Nº 11 en Re mayor, Hob. XVIII/11.
El concierto para piano nº 11 Hob. XVIII/11 fue escrito por Haydn entre 1780 y 1784. Consta de 3 movimientos y es especialmente conocido por el rondó a la húngara del 3º movimiento.
Por aquel entonces los conciertos no se ideaban para demostrar virtuosismo. En ese sentido es mucho más comedido y contenido, primando el gusto y la delicadeza por encima de los alardes técnicos. Además, tal y como era costumbre, Haydn apenas escribe en la partitura indicaciones referidas a dinámicas o aspectos expresivos, ya que en su época se suponía que el intérprete sabía introducir a la perfección esos detalles interpretativos así como también las ornamentaciones.
Otro aspecto que se confiaba a la imaginación y gusto del solista era el de las cadenzas o cadencias. Esas partes finales en las que el pianista se luce al final de los movimientos tocando solo, con la orquesta en silencio.
Finalmente, queremos aclararte un pequeño detalle sobre el último movimiento. El famoso Rondo all’ Ungarese, está inspirado realmente en una melodía popular croata y no húngara. Se llamó a la húngara por la moda excesiva que había en la época de Haydn por lo turco. Si algo llevaba la palabra turco casi estaba garantizado su éxito, y por esa razón el término se utilizaba para todo lo que podía provenir de un lugar remoto del este o del sur de Viena.
W. A. Mozart: Piano Concerto Nº 21 en Do mayor, K. 467.
Mozart terminó de componer su Concierto para piano y orquesta nº 21 K. 467 el día 9 de marzo de 1785. Y solo 4 semanas después de haber acabado el concierto anterior, el K. 466, en re menor.
Igual que el de Haydn, está formado por tres movimientos. Como curiosidad, debes saber que en el primer movimiento, Mozart utiliza como segundo tema principal, en sol mayor, un material temático que aparece también en su Concierto para trompa nº 3.
Los pasajes de escalas y arpegios del tercer movimiento, hacen que éste ya posea un carácter más virtuoso que el de Haydn.
Beethoven: Piano Concerto en Sol mayor, Nº 4, Op. 58.
El concierto Nº 4 para piano en Sol Mayor de Beethoven, fue compuesto entre 1809 y 1811, en Viena. El concierto está dedicado a su protector, mecenas y alumno, Rodolfo de Austria. Aunque es mundialmente conocido por su título de El Emperador, Beethoven no tuvo nada que ver. Este sobrenombre fue idea de Cramer, el editor del concierto.
También está compuesto en 3 movimientos, aunque es mucho más largo que los dos que hemos visto anteriormente. Además, es novedoso ya desde su inicio, pues en ningún concierto anterior se había visto una entrada al piano con tanto virtuosismo.
El movimiento más conocido es el segundo, debido en parte a su gran lirismo.
Leopold Koželuch: Concierto para piano a 4 manos.
Leopold Koželuch fue un auténtico virtuoso del piano y también compositor checo del siglo XVIII. Fue el sucesor de Mozart como compositor de la corte de Praga. Se conservan 22 conciertos para piano compuestos por él, de los cuales destaca su concierto para piano a 4 manos, en si bemol mayor, ya que no es una formación habitual y muy pocos conciertos para piano a 4 manos han sido escritos a lo largo de la historia. Además, durante un tiempo se creía que su concierto fuera compuesto por Czerny, pero se probó que Leopold lo compuso años después de la muerte de Czerny.
J. L. Dussek: Concierto para dos pianos Op.63.
Siguiendo con conciertos poco frecuentes, te recomendamos que conozcas el Concierto para dos pianos, Op. 63 de Dussek. Aunque es conocido especialmente por sus sonatinas, Dussek compuso 34 sonatas y más de 50 conciertos para piano.
Está compuesto en la tonalidad de Si bemol mayor y se compone e tres movimientos.
J. W. Wilms: Piano Concerto Nº 4.
De entre sus prolíficas composiciones, destacan los siete conciertos para piano y orquesta que Johann Wilhelm Wilms compuso y que fueron publicados entre 1799 y 1820.
Fue en 1814 cuando la prestigiosa Breitkopf & Härtel publicó su cuarto concierto, justo en un momento de recuperación tras el dominio napoleónico. En este concierto se da por primera vez una instrumentación orquestal basada en fagotes, trompetas y timbales. Además, los diálogos entre el piano y la orquesta son fluidos y constantes a lo largo de todos los movimientos.
H. Jadin: Piano Concerto, nº 2, en re menor.
El Concierto para piano nº 2 de Jadin también está formado por tres movimientos. Este es el concierto que mejor demuestra la originalidad de las características musicales y compositivas de Jadin. También es todo un ejemplo de la delicadeza y la flexibilidad que caracterizan su escritura pianística.
Aunque existen muchos otros compositores y conciertos clásicos, nosotros nos hemos quedado con estos siete. Pero también podríamos haber hablado de los conciertos de Clementi, Kalkbrenner, o de Wölfl, por ejemplo. ¿Y tu? ¿Qué conciertos añadirías a esta lista?