Todos conocemos ya la evolución y la procedencia de nuestro instrumento preferido, pero ¿sabes por qué se llama piano?
Para saberlo, debemos retroceder en el tiempo. Exactamente al cambio de siglo entre el XVII y el XVIII. En Italia, Bartolomeo Cristofori trataba de encontrar solución a lo que él consideraba el problema de los instrumentos de tecla del momento: Tenían un sonido plano. No ofrecían diferencias dinámicas y la intensidad de su sonido, a parte de ser siempre la misma, no era precisamente alta.
Debido a esto, Cristofori se puso a trabajar en esa mejora acústica y obtuvo los permisos de los eruditos del momento para poder cambiar hacia fuera el mecanismo y así golpear con un martillo las cuerdas. Con estos cambios, Cristofori logró un instrumento de tecla similar a los que ya había pero capaz de producir sonidos suaves y fuertes.
Y quédate con esa última frase porque ahí tienes el origen de la palabra piano. Recuerda que estamos en Italia. Suave se dice piano, y fuerte se dice forte: piano-forte. Así fue como Cristofori describía su invento: clavicembalo col piano e forte. Es decir, un clavicordio que puede emitir sonidos suaves y fuertes.
Como sucede siempre, con el tiempo la palabra se fue abreviando y pasó de ser piano-forte a simplemente piano.