En música, como en todo en la vida, hay profesores buenos, malos y regulares. Solo unos pocos adquieren el reconocimiento suficiente para ser reconocidos como auténticos maestros. De entre todos estos maestros, destaca Nadia Boulanger, la que para muchos es la mejor maestra de música de todos los tiempos.
Su ejemplo puede servirnos como referencia para tratar de discernir, en esencia, que es lo que distingue a un buen profesor de música, sea cual sea su especialidad.
¿Qué tiene que tener un buen profesor de música?
Antes de analizar este punto, debemos considerar que siempre hay un componente subjetivo que interacciona en la relación profesor-alumno. Seguro que todos, en algún momento de nuestra vida, hemos encontrado profesores con los que nos sentíamos más cómodos que con otros y avanzábamos mejor. Esto no convierte necesariamente a los otros en malos profesores, simplemente existe algo (actitud, método, personalidad…) que nos entorpece el camino.
Resultados
Sin embargo, el componente subjetivo siempre se cruza en algún punto con la realidad. De nada sirve que todos los alumnos estén encantados con la actitud de un profesor si cuando tienen que hacer pruebas o exámenes, ninguno las pasa. En este punto, podemos definir que la principal característica que caracteriza a un buen profesor han de ser los buenos resultados de sus alumnos. Estos buenos resultados no siempre se medirán por una nota en un examen o una audición, sino porque el alumno avance convenientemente.
En este aspecto, los resultados de Nadia Boulanger no dejan lugar a dudas. Entre sus alumnos se encuentran nombres como Leonard Bernstein, Aaron Copland, Quincy Jones, Astor Piazzolla, Philip Glass, John Eliot Gardiner, Daniel Barenboim o Elliott Carter.
Herramientas
Cuando hablamos de herramientas nos referimos a aquellos conocimientos técnicos que se proporcionan al alumno. Si nos centramos en el piano, no tenemos que hablar exclusivamente de técnica pianística, sino de todos aquellos aspectos que ayudan al alumno a desarrollarse como músico: lectura a vista, armonía, concienciación corporal, etc. Según la situación del alumno, todas estas herramientas se las dará un único profesor o serán varios profesores especializados los que lo vayan formando.
¿Cómo se han de proporcionar estas herramientas a los alumnos?, ¿han de ser para todos igual o debemos de buscar un trato individualizado?, ¿hemos de centrarnos en desarrollar los puntos fuertes del alumno o en reforzar sus carencias?. Un profesor se enfrenta cada día a este tipo de cuestiones y, quizás, haya más de una respuesta correcta.
Nadia Boulanger fue capaz de proporcionar a sus alumnos una base rigurosa en materia musical a la vez que les permitía encontrar su propio lenguaje distintivo. Tal vez sea esta la definición de un gran maestro.
Desarrollo del alumno
Todo profesor está de acuerdo (o debería estarlo) en que hay que desarrollar al máximo el talento del alumno. El problema es que el talento no es algo tangible por lo que se puede tratar de abordar su desarrollo desde muchos aspectos.
Entre los alumnos de Nadia Boulanger encontramos talentos tan diferentes como el de Astor Piazzolla, Aaron Copland o Quincy Jones. El propio Quincy Jones afirmaba que todo lo que era como músico se lo debía a la formación que Nadia Boulanger le había dado en París en la década de los 50.
No hay que confundir ser estricto en la formación musical con tener una mente abierta en cuanto a estilos e influencias, como vemos en el caso de Nadia. Sus alumnos la definan como una mujer fuerte, estricta y, a veces, aterradora, pero sus alumnos triunfaron en estilos muy variados. A veces, tendemos a pensar que una formación estricta generará alumnos que siguen, en mayor o menor medida, un mismo patrón. Sin embargo, Nadia Boulanger consiguió lo contrario.
Quizás ese sea el secreto. Proporcionar herramientas a tus alumnos de manera estricta pero saber cuando debes de echarte a un lado para dejar que haga su camino. Ese punto intermedio entre dejar volar libres a sus alumnos pero sin dejar de guiarlos. Quizás dominar esto sea lo que distingue a un profesor de un gran maestro.
La carrera de Nadia Boulanger
Además de profesora, Nadia Boulanger fue pianista, organista, compositora y directora de orquesta. Según el compositor Ned Rorem, Nadia «fue la pedagoga musical más grande que jamás existió«.
Nació en París en el seno de una familia con larga tradición musical. Estudio órgano, piano y composición. Pronto comenzó a ganar concursos de solfeo, órgano, acompañamiento al piano y fuga. Siendo muy joven, ganó el Gran Premio de Roma, la mayor distinción que podía recibir un músico.
Destacó como directora de orquesta, siendo una de las primeras en recuperar las obras de Claudio Monteverdi. Fue la primera mujer que dirigió la Royal Philarmonic Society de Londres, la Orquesta Sinfónica de Boston y la Orquesta Filarmónica de Nueva York.
Su epicentro como pedagoga estaba en París. «Mademoiselle«. como era conocida por sus alumnos, fue profesora y directora del American Conservatory of Music de Fontainebleau. Realizó varias giras por Europa y Estados Unidos, dando clases en centros como la Julliard School, la Yehudi Menuhin School, la Royal College of Music o la Royal Academy of Music. Sin embargo, el lugar donde más clases impartió fue en su apartamento donde, durante 7 décadas, cada miércoles se juntaban alumnos e intelectuales.
Murió a los 92 años. Se calcula que en vida tuvo más de 1.200 alumnos, algunos tan importantes como los que ya comentamos.
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