El 6 de agosto de 1945, la humanidad daría un paso más hacia el horror. Ese día, una bomba atómica arrasó la ciudad de Hiroshima, en Japón, cobrándose la vida de 66.000 personas en un instante. Otras muchas morirían a causa de las heridas o la radiación. El compositor polaco K. Penderecki quiso poner su granito de arena para que nunca olvidásemos este horror. Hoy, en te cuento una obra, Treno a las víctimas de Hiroshima de K. Penderecki.
Treno a las víctimas de Hiroshima es la composición con la que K. Penderecki ganó el tercer premio de la Competición de Composición Grzegorz Fitelberg en 1960. La obra sorprendió al jurado y traspasó fronteras, haciendo famoso al compositor.
Es una obra de poco más de 8 minutos de duración que está compuesta para 52 instrumentos de cuerda que según el propio Penderecki está pensada para dejar una impresión solemne y catastrófica entre el público. En una entrevista, el joven compositor afirmaba: Dejé en el treno expresada mi firme creencia que el sacrificio de Hiroshima nunca será olvidado y abandonado.
Entre las novedades compositivas presentes en la obra figuran contrapuntos totalmente inusuales, cuartos de tono e hipertonalidades para crear disonancias más potentes, y el serialismo integral (series de notas/ritmos que se repiten). Además, a lo largo de la obra se van creando clusters al ir sumándose notas de unos y otros instrumentos.
Pero las novedades no aparecieron sólo en el plano compositivo. A nivel interpretativo Penderecki hace emplear a los músicos técnicas totalmente inusuales, como tocar las cuerdas más allá del puente, o literalmente golpearlas con el talón del arco. También emplea glissandos para imitar los lamentos de las víctimas y sus seres queridos.
A la hora de plasmar todo esto en la partitura, Penderecki siguió los pasos de Cage y su llamada indeterminación. Empleó una escritura que es casi siempre gráfica. Emplea símbolos, representaciones y anotaciones en lugar de un pentagrama convencional. Es el tipo de escritura que más se emplea para cuando los compositores quieren lograr un efecto sonoro muy concreto, en el que no hay una altura de sonido o una rítmica exacta.
Para acabar, te dejamos escuchar el Treno con un vídeo en el que puedes ver la partitura y así visualizar la escritura gráfica que te comentamos en el párrafo anterior.