La mayoría de las óperas clásicas cuentan con tramas más bien sencillas y acuden a temáticas mitológicas o históricas, basadas en antiguas culturas (Egipto, Roma, etc). Sin embargo, los autores del verismo italiano, abogaban por un retrato realista de su vida contemporánea. Muchas veces se centraban en las clases más bajas de la sociedad, a menudo con historias sórdidas o violentas. Uno de los máximos exponentes del verismo italiano fue Ruggero Leoncavallo, con su ópera Pagliacci.
El espectáculo dentro del espectáculo
La de Pagliacci es una trama compleja, en la que realidad y ficción se entremezclan y cada personaje representa a otro. Introduce el espectáculo dentro del espectáculo para contar como la realidad puede superar a la ficción. El propio prólogo, donde se avisa que, aunque el drama está representado por actores, trata de sentimientos corrientes, es toda una declaración de intenciones.
Los protagonistas de la ópera forman una troupe de payasos que acuden a un pequeño pueblo de Calabria. Por lo que cada actor tendrá dos papeles: el del personaje de la ópera y el del payaso que representa dentro de la función. Estos son los personajes que la forman:
- Canio — Jefe de la troupe (Pagliaccio , también llamado Pierrot, esposo de Colombina)
- Nedda — Esposa de Canio (Colombina, esposa de Pagliaccio)
- Silvio — Campesino, amante de Nedda
- Beppe — Actor (Arlequín, amante de Colombina)
- Tonio — El bobo (Taddeo, sirviente de Colombina)
- Aldeanos y campesinos — coro
Canio es un hombre muy celoso y a su mujer le llueven los pretendientes. Tonio, el jorobado, se declara a Nedda (mujer de Canio), pero este no solo lo rechaza, sino que lo ridiculiza. Y es que Nedda ya tiene un amante de verdad. Se trata de Silvio, un campesino del pueblo con el que planea huir. Tonio descubre la relación amorosa entre Nedda y Silvio y corre a avisar a Canio que no llega a tiempo de ver la cara del amante de Nedda, pero si de escuchar la última frase de esta «…e per sempre tua sarò».
Canio furioso, quiere saber el nombre del amante de Nedda, pero esta no se lo dice. Intenta matarla, pero Beppe los separa y le dice a Canio que se preparare para la actuación, pues los campesinos están a punto de llegar. Será en este momento en que Canio entone la famosa aria «Vesti la giubba», donde cuenta su castigo de tener que hacer reír al público a pesar de su tragedia personal.
Durante el segundo acto de la ópera, tiene lugar la representación de la troupe delante del público. En la obra, como en la vida real, Taddeo se declarará a Colombina y será rechazado. Colombina, a pesar de estar casada con Pierrot, es amante de Arlequín y durante la representación, entonará la frase «…e per sempre tua sarò», que Canio había escuchado a Nedda.
Canio, que intentaba seguir con la representación, pierde los papeles y exige que su mujer le diga el nombre de su amante. Nedda trata de continuar la representación pero ya es imposible. La discusión sube de tono y el público se va dando cuenta de que ya no se trata de una representación. Canio apuñala mortalmente a Nedda y cuando Silvio salta al escenario para ayudarla, también resulta herido de muerte. Finalmente Canio se vuelve al público y termina la función (tanto la de los payasos, como la ópera): “La commedia è finita!”
Vesti la giubba
Vesti la giubba (Ponte la chaqueta) es, probablemente, una de las arias más tristes de la ópera.
Al contrario que otras muchas arias que tienen lugar en escenarios fastuosos, esta se sitúa en el pequeño campamento de una compañía de payasos muy humilde. Canio es quien canta este aria, lamentándose del triste destino del payaso, que ha de hacer reír a los demás a pesar de sus tristes sentimientos. Su mujer, Colombina, lo engaña con otro. Si eso no fuera suficiente, dentro de la obra que representan, el personaje de Colombina también engaña a Canio, a lo que el público responde con risa. Canio se siente totalmente solo y cada vez le cuesta más ver la línea que separa realidad y ficción.
Se trata de un aria muy original también en su forma, pues es totalmente libre, sin ningún tipo de elemento de repetición. La orquesta juega con la voz del cantante, a veces doblando se canto, mientras que otras veces llena todo el discurso, mientras el personaje llora.
La visión de Canio llorando, mientras, desolado, pinta su cara de blanco para subir a escena, no deja indiferente a nadie.