¿Puede una obra musical relatar de forma precisa los hechos acaecidos durante una guerra? Quizás no pueda entrar en detalles, pero puede resumir a la perfección las batallas acontecidas, el espíritu del pueblo y hasta sus rezos pidiendo un milagro que al final llegó. Hoy en Te cuento una obra, ,a Obertura 1812 de Tchaikovsky.
Se trata de una obertura compuesta por Tchaikovsky en 1880. Ese año iban a concluir los trabajos de construcción de la catedral de Cristo el Salvador, encargada por el zar Alejandro II para conmemorar la victoria de los rusos frente al ejército de Napoleón. Es por eso que Tchaikovsky eligió este tema para su obra. Su idea era estrenarla en la plaza de la catedral con todo un despliegue que incluía salvas de artillería y repiques de campanas. Sin embargo, la obra acabo estrenándose un año antes de la inauguración de la catedral.
La invasión napoleónica a Rusia
En 1812 el ejercito de Napoléon, cruzó el río Niemen, dispuesto a invadir Rusia. El ejercito imperial ruso, por aquel entonces, era inexperto y estaba pobremente equipado. Frente a el tendría al más poderoso ejército de la época, el prácticamente imbatido ejército francés.
El patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, consciente de todo esto, convocó a todo el pueblo ruso para que rezasen pidiendo un milagro. La respuesta del pueblo fue unánime, acudiendo a rezar a las iglesias por la liberación y la paz.
El 7 de septiembre de 1812 tuvo lugar la batalla de Borodinó, a 120km de Moscú. Fue la única batalla formal que los rusos presentaron a los franceses y se saldó con más de 100.000 bajas. El ejército de Napoleón obtuvo una pírrica victoria a un precio mucho más alto del que esperaban, pero por fin podían tomar Moscú.
Seguramente, Napoleón esperaba cierta resistencia en Moscú, pero se encontró una ciudad abandonada y totalmente incendiada. Los rusos habían huido y prendido fuego a la ciudad, para que los franceses no pudiesen encontrar recursos ni establecer cuarteles.
Y entonces llegó el milagro, en forma de invierno. Los franceses, sin cuarteles ni suministros en Moscú y lejos de sus líneas de abastecimiento, se vieron obligados a abandonar Rusia.
Entre octubre y diciembre, las tropas napoleónicas trataron de abandonar Rusia, hostigados por el hambre, el frío y el asedio constante de las tropas rusas. Cuando por fin abandonaron Rusia, el gran ejército de Napoleón contaba solo con una décima parte de lo que era.
La obertura 1812
Los hechos anteriormente relatados son los que se pueden distinguir, uno a uno, en la Obertura 1812.
La obra comienza con una melodía religiosa de la Iglesia Ortodoxa Rusa, ejecutada por 8 violonchelos y una viola. A continuación, escuchamos una mezcla de melodías tradicionales rusas, que se mueven entre el entusiasmo y la desesperación ante la inminente guerra.
La pieza se mueve al ritmo de marchas militares, entre los que se mezclan dos recursos fundamentales a la hora de entender la obra. Por un lado, una melodía tradicional rusa (que has escuchado en multitud de ocasiones y reconocerás en seguida) y, por el otro, un fragmento de la Marsellesa. Ambos fragmentos se alternan entre la obra, indicando los diferentes enfrentamientos entre los dos ejércitos. Poco a poco, la Marsellesa suena más fuerte y clara, llegando a un punto casi triunfal. El ejercito de Napoleón ha ganado la batalla.
Sin embargo, la Marsellesa va, poco a poco diminuendo- las tropas francesas tienen que retirarse- a la vez que un crescendo indica el asedio ruso.
El asedio ruso da sus frutos y lo lleva a la victoria. Finalmente, se produce un momento triunfal, en el que participan metales, disparos de cañón y repiques de campana, en un cierre que pone los pelos de punta.
