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El Carnaval de los animales de Saint-Saëns.

¿Puede la música ser divertida? ¿Tener sentido del humor, como un chiste? En Maldito Piano estamos seguros de que sí, pero hay un problema: Cuando necesitas que te expliquen un chiste, nunca te parecerá gracioso. Y en música sucede lo mismo. La música utiliza un idioma o un lenguaje propio que no todo el mundo comprende. Además, los compositores pueden ocultar detalles sobre las capas y capas que constituyen una obra, por lo que sus bromas o chistes dejan de estar accesibles para todo el mundo.

Aún así, existen compositores que han querido que su humor llegue al público menos erudito. Porque la música es universal y, en el fondo, no tienes por qué ser un experto para poder disfrutarla, independientemente de que no entiendas al 100% su mensaje. Puede que se te escapen detalles la primera vez que la escuches, pero para eso tenemos esta sección. Hoy en Te cuento una obra, te explicamos qué hay detrás de El carnaval de los animales, de Camille Saint-Saëns.

Introduciendo la obra.

El Carnaval de los animales es una obra musical formada por 14 movimientos que compuso Camille Saint-Saëns en 1886, durante unas vacaciones en un pueblecito de Austria.

Aunque a día de hoy hay quien la considera una obra para niños, en realidad es una composición humorística, cargada de mensajes, críticas e ironías hacia músicos contemporáneos de Saint-Saëns. En ella incluso cita motivos de obras de músicos a los que admiraba como Berlioz, Mendelssohn, u Offenbach. Además, Saint-Saëns la concibió como una especie de reivindicación hacia lo inteligible y claro, en oposición a la corriente wagneriana. Su humor es tan particular que hasta dedica un movimiento de su Carnaval a reírse de los estudiantes de piano que dedican horas y horas a practicar escalas.

El Carnaval de los animales es por tanto una composición humorística, creada como una especie de collage en el que se mezclan melodías del propio Saint-Saëns con las de otros compositores y piezas populares. Incluso aparece alguna tan conocida como la canción del can-can.

El título viene a raíz de los personajes que el compositor pensó. Nada más y nada menos que animales. Ahora, veamos cómo y por qué representó así a leones, tortugas, elefantes, gallinas, etc.

Por cierto, por orden del mismísimo Saint-Saëns la obra se estrenó tras su muerte y en el propio día del carnaval. ¿Será por eso que alcanzó tanta fama?

Movimiento a movimiento.

Introducción y Marcha Real Del León.

La obra comienza con una majestuosa presentación del rey de la selva: el león. Que además, está de cumpleaños y nos invita a su fiesta. Para representar a este rey, Saint-Saëns otorga al piano un sonido majestuoso y a las cuerdas un tema melódico que suena a orgulloso. Escuchando tanto al piano como a las cuerdas no nos cabe duda de que estamos ante la majestuosidad del rey de la selva y de la fiesta. Esa grandeza propia de reyes es inconfundible y su rugido lo representan las octavas rápidas del piano.

Gallinas y Gallos.

En una fiesta con una comilona al aire libre, en el campo, es normal que las gallinas salgan a comer. Tanto gallinas como gallos se pasean por toda la fiesta picoteándolo todo hasta que ya no queda nada más que comer. Este picoteo lo simulan las cuerdas y los pianistas dando golpecitos que primero son suaves, pero luego cada vez son más fuertes, imitando a las gallinas que siguen hambrientas y cada vez queda menos comida. El gallo lo representa el clarinete cuando hace un inconfundible quiquiriquí que sobresale por encima del resto de cacareos. Al fin y al cabo, el gallo es el que pone orden entre las gallinas del corral.

Animales salvajes, animales veloces. 

Llega el momento de que se luzca el piano. Unas rápidas y enérgicas escalas de los pianistas evocan la velocidad y agilidad que tienen los animales que andan salvajes y libres. El movimiento dura unos escasos 30 segundos y evoca el galope casi frenético de los animales salvajes por medio de la naturaleza. Y aunque el foco está en los pianistas, su papel protagonista vendrá unos movimientos más adelante.

Este número también puede encontrarse titulado como Asnos salvajes y animales veloces. Según este punto de vista, en el movimiento sigue contemplándose la recreación de animales rápidos y salvajes por la naturaleza pero se añade la visión de unos asnos o burros, que aparecerán de nuevo más adelante.

Tortugas.

¿Te imaginas a una tortuga bailando el can-can o corriendo a su ritmo? En Tortugas, el compositor retoma el famoso tema del Can-Can y lo ralentiza muchísimo, como para llevarlo a la velocidad de una tortuga. Una pequeña broma de Saint-Saëns ya que esa melodía, al contrario que una tortuga, suele ser muy rápida y ágil. En cambio, la música aquí es lenta, demasiado tranquila y representada con sonidos graves en la cuerda. Al escucharla nos produce incluso cansancio y agotamiento, todo lo contrario que cuando escuchamos el can-can.

El Elefante.

En este movimiento el instrumento protagonista es el contrabajo y el piano lo acompaña. La melodía es lenta, pesada, y grave, representando perfectamente al elefante. Aquí, Saint-Saëns hace que gigantescos elefantes bailen una especie de vals, que suena con una melodía del contrabajo y el acompañamiento en staccato de piano. Un contraste muy grande que al parecer simula los elementos gráciles pero torpes del elefante.

Canguros.

Ahora el piano imita los saltos de los canguros que van de lento a rápido, con acordes disonantes y saltos dinámicos e imprevisibles. Esos saltos y acordes junto con el ritmo juguetón y las pausas casi inesperadas representan muy bien a los canguros.

Acuario.

El piano, la cuerda, el metalófono y la flauta hacen sonar esta melodía de aires misteriosos, que representa a los peces nadando debajo del agua. Además de recrear la atmósfera submarina, los suaves glissandos representan los peces nadando entre los corales del fondo del mar.

Personajes de largas orejas.

Titulándose personajes de largas orejas, ¿qué animales podrían ser? Pensando en esa característica nos vienen a la cabeza conejos, porque elefantes ya fueron. Pero ¿podría ser otro animal? Hay quien opina que Saint-Saëns en este movimiento se refiere a unos asnos (burros) testarudos debido a unos chillidos repetitivos que recrean los violines, alternando graves y agudos, y cortos y largos, como si fuesen rebuznos.

El cuco en el fondo del bosque. 

El piano y el clarinete describen una atmosfera tranquila en la que de fondo se escucha cantar al cuco. En teoría, los acordes del piano recrean un tranquilo pero misterioso paisaje arbolado. Sobre este bosque de acordes, el clarinete imita el repetitivo canto de un cuco.

Pajarera.

En este movimiento intervienen la flauta travesera, el piano y los instrumentos de cuerda. Su melodía es rápida y aguda, imitando los cantos de los pájaros. La flauta es el instrumento que más los representa con sus agudos trinos y melodías.

Pianistas. 

Llegamos a un número que obviamente no representa a ningún animal. En Pianistas, Saint Saëns añade una nueva broma, que más bien es una burla. Una burla hacia hacia los estudiantes de piano, hacia los profesores, hacia sí mismo e incluso hacia el sistema. Y es que nos muestra a unos pianistas que no paran de hacer escalas. Se pasan todo el día practicando escalas y ejercicios para arriba y para abajo, casi sin sentido alguno, como si fuesen animales. Además de esta parodia o exageración sobre las prácticas de los estudiantes de piano, también añade algunas muecas hacia las torpezas propias de los pianistas principiantes. De hecho, en la partitura original, está anotado que los intérpretes deben imitar el estilo vacilante y la torpeza de un principiante.

Fósiles.

El xilófono, el clarinete, la cuerda y el piano evocan el sonido de los fósiles al hacer una música rápida y alegre, pero a la vez primitiva. Como si alguien se divirtiese haciendo música al golpear unos huesos contra otros. Es el xilófono el instrumento que mejor representa el sonido de esos huesos. Además, aquí Saint-Saëns cita varias melodías conocidas, como Twinkle, Twinkle, Little Star, Au clair de lune y su propia Danse Macabre, mezclándolas e intercalándolas en esa danza hecha con huesos.

El Cisne.

El Cisne es el movimiento más famoso del Carnaval y en parte, puede deberse a que es el único de ellos que Saint-Saëns permitió que tocasen en público mientras él vivía. Una vez que se escucha la lenta melodía del violonchelo por encima del acompañamiento de los dos pianos, queda claro por qué Saint-Saëns publicó este movimiento en solitario mientras vivía. Es preciosa, pero al mismo tiempo alberga cierto misterio. ¿Es sólo bonita o también es muy triste? Y si es este segundo caso, ¿de dónde le viene esa tristeza al cisne? El compositor no contestó a estas preguntas ni dejó ninguna pista en la partitura. Sólo sabemos que representa la elegancia de un cisne moviéndose tranquilamente por un lago. Pero buscando un poco, es fácil encontrar artículos que afirman que los cisnes siempre van en parejas y que este va solo, por lo que igual perdió a su compañero/a y por eso está triste.

Final.​

En este movimiento final el compositor recrea un desfile de todos los animales que han aparecido a lo largo de la obra. La música es en sí una mezcla, como si todos estuvieran juntos desfilando y bailando. De esta manera, Saint-Saëns les ofrece a todos los animales al oportunidad de cerrar juntos su maravillosa obra. Aún así, los últimos en escucharse son los burros, con sus rebuznos recreados por las cuerdas en los compases finales.

Te dejamos aquí la pieza completa para que la escuches.

¿Qué te ha parecido esta explicación de El carnaval de los animales, de Camille Saint-Saëns? ¿Te imaginabas esto cuando la escuchabas? Seguro que se te escapaban algunas cosillas que ahora aprecias más al escucharla tras leer toda esta información.

Y si estás pensando en explicársela a los más pequeños de la casa, te recomendamos que le eches un vistazo a este libro de la editorial Kalandraka.

Ahora ya nos toca pensar en otra obra. ¿Tienes alguna favorita que creas que tiene una curiosa historia detrás? No dudes en proponérnosla en los comentarios.

Cris Rodriguez
Cris Rodriguez
Pianista profesional y profesora de conservatorio. Cofundadora de Maldito Piano. Cuando mi trabajo me dá tregua, me escapo a tocar por el mundo adelante para participar en proyectos alucinantes como el Jordan Rudess KeyFest o Rockin'1000. No sé vivir sin música,así que el tiempo que me queda se lo dedico a estos tutoriales.

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