Más allá de todos los trucos, técnicas o manuales para tocar mejor, el piano tiene un único secreto: la constancia. Aprender a tocar el piano es algo exigente, que necesita de muchas horas de dedicación y práctica. A veces resulta duro y tenemos la sensación de que no avanzamos, por eso es básico mantenerse motivado al piano.
Estos consejos te ayudarán a mantenerte motivado en tu práctica diaria del piano y a hacer que tu evolución sea más sencilla.
Sé realista con tus metas
No todo el mundo le dedica el mismo tiempo y el mismo esfuerzo a tocar el piano. Hay quien lleva muchísimos años de formación en conservatorio, quien va a clase de vez en cuando, quien aprende por libre, quien dedica 8 horas diarias al piano y quien dedica ratos sueltos.
Sea como sea tu relación con el piano, tus metas han de ser acordes al tiempo que le dedicas. No puedes pretender tocar como un pianista profesional si practicas como un amateur, de la misma manera que nunca pensarías en ganar un oro olímpico en atletismo por salir a correr algún día por debajo de tu casa.
Si te vas a comparar con alguien, trata de ser justo.
Las comparaciones son odiosas y es mejor no hacerlas, pero si no puedes evitarlo, por lo menos trata de ser justo. Puede darse el caso de que conozcas a alguien que haya empezado a tocar el piano al mismo tiempo que tú y avance más rápido. Antes de desanimarte, trata de ver por qué es mejor que tú. Puede que tengas más aptitudes, pero, seguramente, la realidad es que le está dedicando más tiempo y esfuerzo.
De la misma manera, si eres tu el que avanza más rápido, trata de establecer el por qué antes de creerte el nuevo Mozart. Ser realista es la mejor manera de evitar desilusiones.
Márcate objetivos en cada práctica
Llegar a tocar bien una obra suele llevar mucho tiempo, sea al nivel que sea. Muchas veces pasamos varios días con la sensación de que no avanzamos nada. Marcarse pequeños objetivos antes de cada sesión, nos servirá para disfrutar de pequeñas victorias que nos ayudarán en nuestro día a día.
La práctica, mejor en dosis
De nada te va a servir meterte un día un atracón de práctica de piano si luego echas varios días sin tocarlo. Es mucho mejor avanzar de manera constante.
Volvamos a la comparación con el atletismo. Si nunca entrenas y un día, de repente, te pones a correr 5 horas, no conseguirás nada. Has de practicar al piano de forma constante, exigiéndote cada día un poco más.
Que no falte la diversión
Como hemos dicho antes, podemos tardar meses en preparar una obra y, muchas veces, no nos salimos de ella en cada sesión de estudio. Dedicar algunos minutos a tocar aquellas obras que más te divierten, te ayudará a reconciliarte con tu piano después de una dura jornada de estudio.
Experimenta
Muchos estudiantes de piano (sobre todo los de conservatorio) no salen de los estilos que les imparten sus profesores (generalmente clásicos). Recuerda que el piano es para hacer música, eso implica jazz, rock, blues, reggae… que no te de miedo abrir tu mente y descubrir más posibilidades para tu instrumento.
Los teclados de hoy en día tienen un montón de posibilidades de conexión con ordenadores y tablets. Prueba a conectarlos y jugar con algún software de grabación o de edición de sonidos. Seguro que tienes un montón de posibilidades que no usas al alcance de la mano.
Toca con amigos
Los humanos somos animales sociales, así que prueba a relacionarte con otros músicos. No importa si aún no tenéis nivel suficiente para hacer nada serio. Tratad de hacer algo juntos, aunque no sea más que seguir unos compases. Esto os ayudará a dejar de ver la música como algo solitario.
Llénate de música
A veces estamos tan enfrascados en nuestro estudio que olvidamos lo que hace el resto del mundo. Escucha tu música favorita, revisa actuaciones en vídeo, acude a conciertos… Probablemente esas sensaciones como público fueron las que te llevaron a querer tocar un instrumento, ¡que nunca se te olviden!
