Yamaha acaba de presentar los nuevos pianos de la serie CFX, su modelo insignia y nos han invitado a probarlos. En este caso ha sido en Hazen, uno de los distribuidores oficiales de Yamaha más conocidos de España, que se localiza en Madrid.
Antes de comentar las impresiones que me ha causado al tocarlo, quiero hablarte un poco sobre el CFX, por si no sabes de qué pianos hablo.
Estos pianos se hacen en la fábrica que tiene Yamaha en Kakegawa (Japón). Se trata de una de las más importantes a nivel mundial y se considera todo un referente en la fabricación de pianos. Aquí es donde se elaboran artesanalmente los pianos de cola para conciertos. El proceso es muy meticuloso, desde la elección de las maderas hasta el modo de crear a mano las tablas armónicas o las cajas, siguiendo las técnicas que se han transmitido de generación en generación. Y lo mismo sucede con los procesos de entonación y regulación de los instrumentos una vez construidos.
Algunos detalles de fabricación que influyen en la calidad del sonido del CFX son:
- El empleo de maderas de haya y caoba elegidas y tratadas artesanalmente para elaborar las cajas de los CFX. Estas maderas son las únicas que pueden proporcionar un sonido cálido y profundo. Para las tablas armónicas se selecciona la pícea europea de la mejor calidad. Es una madera muy fuerte pero al mismo tiempo ligera, por lo que permite transformar las vibraciones de las cuerdas en un sonido muy rico en armónicos y con un timbre único. En el caso del puente se emplea madera de arce.
- Las costillas y y la corona de los CFX son distintas a las de otros pianos. Han sido modificados para ampliar su rango dinámico y optimizar la profundidad y la resonancia del sonido. Por estas razones también se ha modificado el pilotín, la pieza del mecanismo que hace de punto de contacto entre la tecla y el sistema de percusión. Es decir, la que transmite la orden de los dedos al mecanismo del piano. Así, el ataque es mucho más preciso y se obtiene a la vez ese rango dinámico más amplio. A esta labor también contribuye el hecho de que los macillos se hacen con el mejor fieltro alemán.
- Los pianos CFX se elaboran siguiendo la tecnología A.R.E. (Acoustic Resonance Enhancement), que reduce la humedad para lograr su envejecimiento óptimo y suprimir la amortiguación, lo que hace un sistema de vibraciones y resonancia perfecto.
- Los marcos de los CFX se funden en moldes de arena creados a medida y de forma personalizada en la prestigiosa fábrica de Iwata (Japón).
- El atril tiene un diseño especial con unos huecos para que el pianista perciba mejor el sonido y las vibraciones, sin tener ese efecto barrera que poseen otros pianos del mercado con atriles convencionales.
- Para las teclas también se han seleccionado los mejores materiales. Para las blancas se utilizan la pícea y el Ivorite™, un material que absorbe la humedad como ningún otro y mantiene una textura y color similares a los del marfil. Las teclas negras son de ébano natural seleccionado a mano. Cada tecla es pesada y equilibrada manualmente para asegurar una pulsación homogénea y una respuesta de ataque óptima.
- El acabado incluye la tapa en mate para reducir los deslumbramientos que muchas veces ocasionan los focos de los escenarios.
Aunque pueda parecer que estos detalles de construcción no son perceptibles, puedo garantizar que se nota cada uno de ellos cuando te sientas ante un CFX.
Lo primero que me ha llamado la atención ha sido el atril perforado. He de confesar que lo primero que pensé fue ¡qué diseño más chulo le han puesto!, pero la función real del atril perforado se nota nada más tocar el primer acorde. Percibes toda la fuerza de la resonancia, las vibraciones y un sonido mucho más claro y directo que en otros pianos en los que el atril realmente hace de barrera. Me pareció una pasada y sigo sin entender cómo no se cayó antes en este detalle. Imagino que es la típica cosa que una vez hecha te parece obvia e indispensable pero hasta que no lo ves ya realizado, no piensas que te hace falta.
He de confesar que el acabado mate que presenta sólo en la tapa es muy curioso. Efectivamente, evita que los músicos se deslumbren con los focos y flashes que suele haber en un escenario, pero es algo que es digno de ver para comprobar tu propia reacción. Es como tener dos colores en un mismo piano. Choca a primera vista pero de nuevo, pronto entiendes que es una funcionalidad muy bien pensada.
El tema del ataque puedo resumirlo en que es un piano muy fácil de tocar. Y no lo digo como algo negativo. Es difícil de expresar con palabras. Pero imagina que por un momento, tu piano suena tal cual como te imaginabas la obra en tu cabeza. Pues eso es lo que sentí al tocar el nuevo CFX. El piano sonaba siempre como yo quería. Visualizaba un sonido, pulsaba las teclas y ya sonaba así. Si quieres destacar una línea melódica sobre otra es realmente fácil. Y como que hay una transmisión fantástica de la orden que emite el dedo a toda la mecánica interna del piano.
Otra cosa que me llamó la atención es el teclado. Toqué en un lugar con muchas lámparas y no demasiada altura. Normalmente, en estas circunstancias, percibiría algo de sudor en los dedos al rato de estar tocando, y esto implicaría que notase ciertos resbalones. Te prometo que no me ha pasado ni una sola vez en las dos tardes que he estado tocando el CFX.
A nivel dinámico, no es que cuando lo tocase fuese consciente de la modificación de la pieza esa que mencioné anteriormente (pilotín), pero realmente tiene un abanico de dinámicas de lo más amplio que vi en un piano, incluidos los Steinway.
Finalmente, sabéis que tengo debilidad por los pianos que suenan distinto. Quizás por eso, cuando probé el CFX, lo hice comparándolo con un Bösendorfer y un Steinway que había en la misma sala de la tienda de Hazen. Y los otros pianos suenan exactamente como recuerdas que suena un piano en cualquier grabación famosa. Pero el CFX suena distinto, tiene un color especial que me ha gustado mucho. Insisto en que tengo debilidad por aquellos instrumentos que de repente no suenan como te lo esperas, pero el CFX me ha sorprendido de veras. Es un sonido increíblemente dulce. Normalmente cuando pruebo un piano digo que suena muy parecido al Bösendorfer imperial, o al modelo B-211 de Steinway (por ejemplo). Pero es que el CFX suena a CFX. No lo puedo igualar a otro. Te dejo este pequeño vídeo para que veas esto que te digo del timbre y el color:
Para más info, no dudes en visitar tu tienda de pianos más cercana, o visitar la web oficial de Yamaha. Y de verdad, hazme caso y pruébalo tú mismo. Te va a sorprender.