El gran pianista estadounidense Peter Serkin, ha muerto el pasado 1 de febrero a los 72 años de edad. El músico ha perdido la batalla con un cáncer de páncreas contra el que llevaba luchando un tiempo.
Peter Serkin nació en Nueva York en 1947, en el seno de una familia de músicos. Su padre, Rudolf Serkin está considerado como uno de los mejores intérpretes de Beethoven de su época. Por su parte, su abuelo materno, Adolf Busch fue un influyente director y violinista Mieczysław Horszowski.
Su carrera despegó con solo 18 años. Sus dos primeras grabaciones, de Bach y Schubert, lanzadas por el sello RCA, tuvieron muy buena acogida. Un año después (1966) sería nominado a los Grammy por su grabación de las Variaciones Goldberg.
Sin embargo, el éxito temprano y el gran peso de su apellido le agobiaban y le hicieron dejar el piano durante varios meses. Pasó una temporada alejado de la música, viviendo en zonas rurales de México. Una vez superado este bache, volvió a la música con fuerzas renovadas.
Con 25 años grabó, la que quizás fue su obra más icónica Vingt Regards sur L’Enfant-Jésus de Messiaen.
Más tarde formó su propio grupo de cámara, llamado Tashi. Su principal obra fue El cuarteto del fin de los tiempos, también de Messiaen.
Continuó grabando y ofreciendo recitales a lo largo de su vida. Labor que compaginaba con la docencia en las escuelas Julliard y Mannes de Nueva York.
En 2010 su nombre volvería a sonar en los Grammy por su trabajo en el álbum Recital en Ravinia con la fallecida soprano Lorraine Hunt Lieberson. Este disco optaba al Grammy a la mejor interpretación clásica.
El mundo del piano llora a un gran pianista, que supo captar como pocos la sensibilidad y el sentido musical de la época de compositores como Bach o Messiaen.