El pasado sábado, 23 de marzo, nos llegaba la triste noticia de la muerte del gran pianista italiano Maurizio Pollini. Recientemente, sus problemas de salud, le habían obligado a cancelar varios conciertos en España.
Pollini destacó durante toda su carrera por su capacidad de análisis y sus singulares dotes técnicas. Con solo 18 años, en 1960, ganó el Concurso Chopin de Varsovia, demostrando un nivel muy por encima de sus oponentes.
Este fue el inicio de una carrera como intérprete que le llevó a recorrer los grandes escenarios del mundo interpretando a los grandes maestros de la música. Su figura fue clave para renovar la interpretación del repertorio de Beethoven y Debussy entre otros. Pero, sin duda, el compositor que vertebró toda su carrera fue Chopin.
A pesar de su respeto por los clásicos, en todos sus recitales había sitio para repertorio más innovador como Schönberg, Voulez o Nono.
A lo largo de su extensa carrera nos dejó un sin fin de grabaciones de lujo, casi todas con Deutsche Grammophon, como la obra completa para piano de Schönberg, las cinco últimas sonatas de Beethoven o la segunda sonata de Boulez.
Con Maurizio Pollini nos deja uno de los grandes maestros de piano de nuestros tiempos.