Heinrich Gustávovich Neuhaus ha sido uno de los principales pianistas y pedagogos del siglo XX. Trabajó como profesor del Conservatorio de Moscú durante 40 años y por si eso fuera poco, su libro El arte de tocar el piano está considerado uno de los más importantes del tema. A continuación, te mostramos las ideas que defendía y trataba de transmitir a sus alumnos, casi todas recogidas en sus libros, especialmente en el que acabamos de mencionar.
1- La enseñanza debe hacerse con una gran convicción, pasión y sencillez, pero al mismo tiempo con unos conocimientos que la hagan atractiva a profesores, alumnos y melómanos.
2- El pianista debe conocer de antemano lo que se quiere obtener de la obra en todos los órdenes, tempo, sonido, expresión, etc. Conociendo y trabajando estos elementos hasta dar con su versión personal de la obra. Aquí, el profesor debe escuchar e intuir lo que el alumno quiere/debe expresar y aconsajarle o corregirle pero con cuidado de no obligarle a adoptar un sello personal (del profesor).
3- Es de gran importancia poseer una gran cultura en todas las órdenes; por tanto, entre las cualidades para lograr una ejecución satisfactoria de la obra musical, además del oído, carácter, trabajo, ritmo, etc., la cultura debe ser una de las principales. Además, es fundamental el desarrollar el gusto por otras bellas artes y potenciar el ejercicio de cualquier actividad humana que desarrolle la sensibilidad, la cuál es o debe ser una de las cualidades y pilares fundamentales en el intérprete.
4- En el plano de la contribución personal, aconseja escucharse, para tener siempre presente la imagen estética de lo que se quiere decir. Y no solo en la interpretación, sino durante todas las horas de estudio, ya que el escucharse forma una parte fundamental para el progreso, el disfrute y el entendimiento.
5- Hay que recordar que El instrumento musical es un medio para conseguir un fin que no es el cultivo del propio instrumento, si no el de recrear, hacer música, contentar el espíritu y obtener un resultado espiritual de lo que se hace, y ello de una forma inteligible y transitiva. Este resultado espiritual además potencia la necesidad de conseguir una gran preparación técnica, ya que la garantía de una perfecta interpretación técnica es lo que proporciona al intérprete la libertad de expresión anímica después de haber asociado los aspectos materiales de la interpretación al aparato motor con cuidado, mimo, perseverancia e inteligencia hasta el punto de haberlos convertido en actos reflejos inmediatos.
6- La música sin un buen sentido del ritmo y la igualdad es un ruido informe. El ritmo y la igualdad no demuestra una falta de sentimiento sino que ayuda a sentirse más íntimamente ligado a la obra.
7- Es necesario tocar del modo más perfecto que se pueda, pero siendo felices al hacerlo y con la seguridad de que es posible aunar la técnica y la expresión espiritual, lo humano (técnica) y lo divino (espiritualidad, sentimiento).
8- Todo el secreto del genio y del talento consiste en vivir plenamente la música en el cerebro antes de que el dedo se pose sobre la tecla.
9- En música, el «qué» determina el «cómo», aunque finalmente el «cómo» condiciona el «qué».
10- La palabra técnica proviene de la palabra griega texún que quiere decir arte. Perfeccionar el estilo es perfeccionar el pensamiento. Todo perfeccionamiento de la técnica es un perfeccionamiento del arte mismo, y sólo puede contribuir a manifestar el contenido, el sentido oculto, la misma esencia de la música.
11- La técnica no es la rapidez o la agilidad, sino la igualdad, el brío y la agilidad basada en la claridad y la pureza del sonido.
12- La madurez de un alumno se mide por su manera de estudiar sin pérdida de tiempo inútil y sin dispersar su atención. Cuanta más voluntad y atención sea puesta sobre el trabajo, más espectaculares serán los resultados.
13- Para hablar y pretender ser escuchado, no solamente es necesario saber hablar, sino sobre todo y principalmente, tener algo que decir. Exactamente lo mismo sucede con la música.
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